
La gestión de la sostenibilidad y el triple impacto ASG (ambiental, social y de gobernanza) se ha convertido en la tendencia más importante para los más de 1.200 profesionales consultados en el estudio Approaching the Future 2023. Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles; informe que identifica cada año las grandes temáticas que impactan en la agenda empresarial.
Según el estudio, la sostenibilidad es la tendencia que más crece en importancia respecto a 2022 y en la que trabajan casi la mitad de las organizaciones analizadas (49,6%). El número de empresas que impulsan este ámbito de forma prioritaria crece hasta en 20 puntos respecto a la edición anterior. Este resultado refleja un incremento de la consciencia sobre la trascendencia del rol de las empresas como agentes sociales, responsables y de transformación en los entornos en los que operan.
Además, existe una clara correlación entre la importancia que adquiere la sostenibilidad en la agenda empresarial y los recursos que se dedican para su desarrollo en el día a día, donde 6 de cada 10 organizaciones (60,7%) centran sus esfuerzos en la integración de la sostenibilidad en las estrategias de negocio.
La sostenibilidad se ha convertido en una palanca clave para responder a las necesidades de los grupos de interés. En España, un 70,7% de la ciudadanía considera total o bastante necesario que las empresas den el paso hacia modelos de negocio más sostenibles, de acuerdo con el estudio Propósito y reinvención del capitalismo publicado por CANVAS Estrategias Sostenibles.
Se necesita, por tanto, una transformación profunda del sistema; un cambio que requiere del compromiso y convicción por parte de la alta dirección; un cambio que se refleja en las preocupaciones de los profesionales que ocupan puestos directivos, para los que el impulso de un liderazgo responsable y la integración de la sostenibilidad en las estrategias de negocio son las dos tendencias más importantes según el 58,2% y el 55,8% de la alta dirección.
Hoy, más que nunca, la ciudadanía espera un compromiso real que parta, no solo desde la ética de la responsabilidad a la que se deben las empresas sino desde la ética de la convicción. La distinción clásica weberiana tiene, por tanto, más sentido que nunca en un contexto cada vez más polarizado.
La gestión de la sostenibilidad debe ir acompañada de un ejercicio de liderazgo responsable que garantice y consolide una cultura ética capaz de generar valor equilibrado en el largo plazo.
Emerge, de esta forma, una fuerte expectativa por parte de los grupos de interés sobre la capacidad que tienen las organizaciones de liderar e impulsar aspectos claves que den soluciones concretas a los principales retos y preocupaciones de la sociedad.
El líder responsable debe aportar enfoques y estrategias capaces de afrontar la incertidumbre y el cambio constante. Por ello, resulta fundamental un modelo de liderazgo vertebrado en torno al propósito corporativo y basados en la escucha activa tanto dentro como fuera de la organización. Primar el capital humano, motivar a las personas y comprometerse con ellas son apuestas seguras para un liderazgo humanista que busca inspirar y generar un impacto real.
Este enfoque, denominado por autores internacionales como liderazgo All In o líder conector, hace que una organización sea más resiliente al tener una mejor comprensión del entorno cambiante en el que está inmersa, mayor capacidad de conexión con las necesidades y exigencias de sus grupos de interés, contribuyendo, en consecuencia, al progreso social.
Sin embargo, Approaching the Future 2023 también detecta cuáles son las áreas menos trabajadas en el ámbito de la sostenibilidad, donde destacan la gestión de los impactos en la cadena de suministro (24,2 %) y la formación a empleados y directivos (27,1%); formación inminentemente necesaria ante la nueva normativa que plantea Europa. Estos ámbitos son, a su vez, considerados como retos para las organizaciones y aspectos en los que existen dificultades de implementación que solventar.
Lo mismo ocurre con la integración de la sostenibilidad en las estrategias de negocio, que, pese a ser el asunto más trabajado, supone un gran desafío para casi 4 de cada 10 compañías.
Cabe destacar que desempeñar una actividad empresarial sostenible impacta directamente en los resultados económicos de la organización. Iniciativas como la doble materialidad o la taxonomía ambiental permiten la medición del impacto de la sostenibilidad en términos financieros. Este enfoque sitúa a la sostenibilidad como un activo para la creación de valor financiero y, a su vez, como un posible riesgo potencial con implicaciones reputacionales y económicas si no se integra en el centro del negocio.
Los resultados reflejan claramente la consolidación de la sostenibilidad en el ámbito corporativo, donde las compañías ya están trabajando activamente para mejorar el impacto de sus modelos de negocio en la sociedad y el planeta. No obstante, los próximos años supondrán un punto de inflexión en la integración de la sostenibilidad en el sistema económico en su conjunto debido a la normativa existente y a la que está por venir.
La sociedad necesita un paso al frente por parte de las grandes organizaciones para generar nuevas formas de ser empresa, para construir compañías caracterizadas por su sólido compromiso. Estamos inmersos en una época de transformación y cambio constante en el que las empresas deben asumir un papel protagonista como agentes sociales e impulsar la creación de un futuro más sostenible para todos, transformando su forma de hacer negocio al ritmo al que crecen las exigencias y expectativas de sus stakeholders.