
Los datos mensuales de recaudación fiscal constituyen uno de los termómetros más fiables de la salud, en tiempo real, de una economía. Los movimientos bruscos en estas variables son especialmente significativos, ya que suelen anticipar virajes en la coyuntura económicas.
Es por ello que debe analizarse con atención el fuerte descenso, de casi el 50%, que los ingresos derivados del Impuesto de Sociedades sufrieron el pasado semestre con respecto al mismo periodo de 2022.
Sin duda, influyen factores coyunturales, y así lo refleja la Agencia Tributaria, señalando que se están haciendo efectivas ahora devoluciones pendientes incluso desde el ejercicio 2021. Sin embargo, los expertos consultados aseguran que no basta este factor para explicar un descenso tan rápido y de tan elevada envergadura.
De hecho, consideran que no es casual que coincidan la menor recaudación por Sociedades y el mal comportamiento del llamado excedente bruto de explotación. Este componente de la Contabilidad Nacional, vinculado a los beneficios empresariales, se contrajo un 3,6% en el primer trimestre de este año y quedó prácticamente plano entre abril y junio.
Es cierto que un mal comportamiento de Sociedades, un tributo en España tradicionalmente muy ineficiente, no amenaza la buena evolución de la recaudación fiscal en su conjunto, que sigue avanzando gracias a tributos mucho más estables como el IRPF.
Sin embargo, sí que aflora el modo en que las dificultades que afrontan las empresas de nuestro país (financiación menos accesible, elevada inflación, debilidad del consumo interno...) han hecho mella en las empresas, lo que aumenta las posibilidades de una fuerte desaceleración del PIB en el cierre del año.