
Desde el mes pasado los ahorradores más cautelosos vuelven a demandar fondos con posiciones en bolsa europea y estadounidense.
Estos ahorradores comienzan ahora a perder el miedo que la renta variable les producía a principios de año, cuando la perspectiva de un invierno aciago en datos macroeconómicos los ahuyentó.
Resulta innegable que el regreso a los parqués de estos ahorradores ha sido muy tardío, ya que se han perdido el rally que las bolsas han experimentado por factores como la nueva euforia que rodea a la inteligencia artificial.
No obstante, nunca es tarde para dejar la excesiva focalización en la renta fija, puesto que este activo acumula unas ganancias del 2,5% insuficientes para compensar el 16% que perdió en 2022.