
Tras unos años difíciles para la retribución al accionista, los analistas estiman que el Ibex pagará en 2023 un dividendo por acción de 431,24 euros, lo que supone un 12,3% más que el pasado año.
Una cantidad que significa también alcanzar niveles no vistos desde 2014. Esta mejora no responde a un alza de los beneficios por acción (BPA), que sufren un tijeretazo por la incertidumbre económica, sino a un incremento del porcentaje que las cotizadas dedican a pagos a sus accionistas (payout).
En concreto, se estima que el Ibex reserve el 50.6% de sus ganancias a dividendos, seis puntos más que en 2022. Un incremento que evidencia el interés de las grandes empresas por mantener e incrementar la fortaleza que para el selectivo han supuesto siempre sus atractivos pagos.