El Ejecutivo que salga tras las elecciones del próximo domingo 23 de julio deberá afrontar grandes retos económicos en la próxima legislatura. Así lo estima el Consejo Editorial de elEconomista que apremia al próximo Gobierno a a aprobar reformas pendientes, empezando por la fiscal.
Una petición lógica si se tiene en cuenta que Europa castigará en 2024 los desequilibrios en las cuentas públicas de los países miembro. Un reto al que nuestro país llega sin los deberes hechos como demuestra la deuda de más de 1,5 billones, superior al 113% del PIB, impulsada por la herencia de un Gobierno que ha disparado el gasto público.
Mantener el crecimiento será el otro gran reto. Más aún cuando factores que han ayudado hasta el pasado año, como el sector exterior o el consumo, empiezan a mostrar síntomas de agotamiento.
Por si fuera poco, incertidumbres como la guerra en Ucrania y la inflación, que ha obligado a subir tipos en la eurozona encareciendo la financiación, siguen plenamente vigentes. El gran problema es que el Gobierno que tendrá que enfrentarse a este escenario incierto será frágil.
De hecho, la mayoría de los cálculos electorales publicados hasta la fecha anticipan un endeble Ejecutivo liderado por el PP, que necesitará a Vox para acceder a La Moncloa. Solo una victoria aplastante de los populares que superara los 160 escaños, lo que no se prevé ni en las encuestas más optimistas, permitiría al PP eludir a la formación de Santiago Abascal, cuyas propuestas impositivas comprometen el cumplimiento de las reglas fiscales.
Si se cumplen los pronósticos, Feijóo está abocado a comandar un Gobierno débil, lo que limitará su política económica. El crecimiento y la necesaria reducción de deuda y déficit están, por tanto, en riesgo.
