Opinión

Escasa competencia en la banca

Foto: iStock

La banca española sigue a la cola de Europa en la remuneración de los depósitos a particulares. Esto genera polémica en la calle y le sirve de excusa al Gobierno para cargar contra el sector. Pese a ello, los bancos mantendrán esta estrategia, ya que no requieren embarcarse en una guerra por el pasivo.

Para empezar, y al contrario de lo ocurrido en la crisis de 2008, las entidades nadan en liquidez de la que, además, obtienen un retorno del 3,5%, que paga el BCE por custodiar dicho exceso de capital. Por si fuera poco, los bancos no tienen tanta capacidad para ofrecer una rentabilidad elevada en depósitos, ya que deben cubrirse del previsible alza de la morosidad originada por las subidas de tipos. Y, además, el impacto negativo del impuestazo y la necesidad de mantener una rentabilidad por encima del 10% para cubrir, como mínimo, el coste del capital, también reducen las alzas en la remuneración.

Pero también es verdad que el número de grandes entidades es menor ahora que antes de la fusión de las cajas de ahorro, lo que reduce la competencia. Así lo desvela el índice Herfindahl-Hirschman, que casi triplica su baremo desde la crisis financiera internacional, lo que refleja que la competencia en la banca española está en mínimos históricos.

La evolución del indicador se encuentra íntimamente ligada a que la cuota de mercado de los cinco mayores bancos, que se ha incrementado desde el 40% de 2007 al 70% del pasado ejercicio. Un porcentaje que supera al de países como Alemania, Francia e Italia y que evidencia una limitada rivalidad en el sector financiero. Esto aboca a los depósitos de los grandes bancos a seguir ofreciendo una baja remuneración y obliga al inversor conservador a optar por otro tipo de productos más rentables, como las letras.

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