
Pese a las alzas de tipos, las hipotecas españolas son inusualmente baratas. Un préstamo de este tipo a 10 años se sujeta, de media, a un tipo ligeramente superior al 3% en nuestro país, mientras en Alemania roza el 4%. Esta situación es sostenible a que los bancos de nuestro país buscan, lógicamente, una compensación por otra vía, en concreto, manteniendo también baja la remuneración de sus depósitos. Es cierto que los bajos intereses del pasivo bancario en nuestro país se deben también a otros factores, como la reducción de competencia experimentada en los últimos años. Pero debe también valorarse, como subraya el Banco de España, que esa baja remuneración tiene una contrapartida positiva para el cliente en forma de hipotecas aún baratas.