Opinión

La confusión sobre si el PIB de España ha alcanzado los niveles de antes de la pandemia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

En estos momentos se está anunciando por parte del gobierno de España, por todos los medios que tiene a su alcance, que el producto interior bruto (PIB) del país ya ha alcanzado el nivel de antes de la pandemia. Pero esto no es exactamente de esa manera, pues obviamente, siempre que se vaya a hace una comparación de esta índole hay que realizar una consideración del tiempo existente. Y en este caso en concreto, por citar algo con claridad, se debe efectuar una corrección a través de la inflación habida en cada uno de los año que hay en ese periodo de tiempo.

Por eso cualquier economista conoce perfectamente la diferencia que existe entre valores corrientes o nominales y reales o constantes. Y eso es precisamente lo que no se está teniendo en cuenta en esta ceremonia de la confusión que están padeciendo la mayoría de los españoles, pues se exponen datos inexactos que evidentemente, además, son espurios y son los que le conviene al que realiza esas aseveraciones.

Resulta palmario que si la cifra del PIB ha alcanzado el nivel que dicen es como consecuencia de la enorme inflación que han experimentado todos los productos y servicios en España. Además también se debe tener en cuenta en este análisis cuánto ha aportado al PIB lo que generalmente es entendido como lo Público. Porque, obviamente, si se realizan esas consideraciones la cifra actual ya ofrece claramente otro nivel que es bastante alejado a la que nos están diciendo.

Llama la atención que se intente realizar esta confusión evidente y que nadie, o muy pocos, expongan con claridad que todo esto es faltar a la verdad y que es inaceptable. Porque es obvio que lo que tratan de transmitir a la ciudadanía no es así. Y que si los ciudadanos del país no conocen la realidad pueden llegar a adoptar decisiones muy nocivas para sus economías y verse abocados a escenarios no deseados que les afecten muy negativamente a ellos y a sus seres queridos.

Indudablemente, es un deber de los economistas señalar toda imprecisión en materia económica que pueda confundir a los ciudadanos, pues afecta también de manera negativa a la Sociedad en la que están encuadrados.

El presidente Sánchez y su ministra Calviño deberían de cejar en el empeño de hablar de la economía española tildándola de moto, pues la realidad es que España se encuentra, en materia de Empleo, a la cola de los países europeos y que la productividad tiene una tendencia a la baja como consecuencia, por citar algunas de sus causas, de unos recursos humanos cada vez peor formados y una motivación exigua por mor de los bajos salarios. Unos salarios que Europa pidió que se elevaran al 60% de la media europea en lo relativo al salario mínimo interprofesional.

Por no hablar del problema grave existente en vivienda, que hace que demasiados trabajadores ya no puedan tan siquiera alquilar y tengan que compartir los pisos. Y sin olvidar que alrededor del 25% de los habitantes de España se encuentran en riesgo de pobreza, además de que existen claras preocupaciones por lo que vienen llamándose cisnes negros como pueden ser en ámbitos sanitarios, militares etc. que pueden trastocar absolutamente todo.

También hay factores de fondo que son muy preocupantes y que incluso el profesor Nouriel Roubini ha expuesto: la madre de todas las crisis de deuda, la bomba de tiempo demográfica, la trampa del dinero fácil y el fin del boom, la gran estanflación que viene, el colapso de las divisas y la inestabilidad financiera, el fin de la globalización, la amenaza de la inteligencia artificial, la nueva Guerra Fría y un planeta inhabitable.

Por tanto, lejos de sacar pecho espuriamente se debieran poner en marcha estrategias que puedan amortiguar los posibles golpes económicos que vengan para poder soportarlos.

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