Puedes visitar los Países Bajos como turista, por sus evidentes atractivos, pero si piensas cambiar tu residencia a dicho territorio por motivos fiscales, descártalo porque el tipo del IRPF que se aplica en ese país para rentas altas es superior al de España. Y prueba de ello es que ningún artista, deportista ni famoso cambia su residencia, de forma real o ficticia, a ese territorio, calificado por algunos organismos como paraíso fiscal, pero sólo para las empresas, al igual que ocurre con Irlanda y Luxemburgo.
La empresa española Ferrovial ha comunicado recientemente su intención de cambiar su sede a los Países Bajos, conocidos por la mayoría como Holanda. Dejando de lado el enfado del Gobierno, acusando la decisión de antipatriota, así como la opinión de la oposición, de que dicha empresa está huyendo de un infierno fiscal, lo cierto es que los motivos alegados por la empresa no resultan convincentes para muchos, por lo que se exponen a continuación algunos datos para que el lector saque su propia conclusión.
Domiciliar las empresas en los Países Bajos nos es ninguna novedad, ya que, según un estudio de "Volkskrant ", 91 de las 100 mayores empresas del mundo, operan en los Países Bajos. Según otro informe del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, las empresas del IBEX 35 tenían en el año 2015 un total de 969 filiales en paraísos y nichos fiscales, siendo los territorios más utilizados Delaware con 463, Países Bajos con 169, Irlanda con 110 y Luxemburgo con 81.
Según figura en dicho informe, Ferrovial tenía 33 filiales en dichos territorios, y en el año 2014 esta empresa realizó una consolidación fiscal de las empresas que tenía en EEUU, fijando la residencia del mismo en Delaware. Según figura en otro informe de OXFAM, basado en las cuentas anuales del año 2019, las empresas españolas del IBEX 35 un total de 740 filiales en paraísos fiscales, figurando en el mismo que Ferrovial tenía 55 filiales en dichos territorios, entre los que se incluía también a los Países Bajos e Irlanda. A la vista de los datos anteriores, resulta muy difícil que la decisión de Ferrovial pueda provocar un efecto llamada, ya que todas las grandes empresas españolas tienen cientos de filiales en paraísos fiscales.
El éxito brutal que han conseguido Países Bajos, Irlanda y Luxemburgo para que las grandes empresas multinacionales, españolas y extranjeras, fijen ahí su domicilio tiene su origen en las grandes ventajas fiscales que ofrecen estos países. Así, en el caso de los Países Bajos, a pesar de que el impuesto sobre sociedades tiene un tipo impositivo similar al de España, en ese país no tributan los dividendos, intereses, royalties y demás conceptos denominados intangibles. Además de lo anterior, con los acuerdos a los que se llegan con los gobiernos de dichos países, denominados "tax ruling", y con una adecuada planificación fiscal, utilizando los llamados "doble irlandés" o "sándwich holandés" se logran llevar todos esos importes y beneficios a paraísos fiscales, consiguiendo estas empresas pagar impuestos a nivel mundial por importes ridículos. Ante esta situación, que supone la pérdida de miles de millones de recaudación para los Estados, la Unión Europea se indigna, aunque tiene las manos atadas, porque cualquier modificación tiene que adoptarse por unanimidad. Por su parte, la OCDE ha propuesto que estas empresas paguen un tipo mínimo del 15 % del impuesto sobre sociedades en el lugar en el que realicen las actividades, pero ya veremos si finalmente se implanta dicha medida.
Desde el punto de vista técnico, la operación de traslado se plantea como una fusión inversa, concepto técnico que supone que el pez pequeño -la empresa internacional con domicilio en Países Bajos- se come al pez grande -la empresa española-, que desaparece. Esta forma de proceder tiene dos repercusiones fiscales importantes.
La primera de ellas es que la empresa actual deja de pagar en España impuestos por los beneficios obtenidos a nivel mundial, que pagará la "holding" de los Países Bajos, pero con las ventajas mencionadas, y la nueva empresa española que se constituya solo pagará impuestos por los beneficios obtenidos en España.
La segunda repercusión es que las plusvalías que se producen en los procesos de fusión no tributan si se aplica un régimen fiscal especial, pero para ello se exige que la operación se efectúe por motivos económicos válidos, tales como la reestructuración o la racionalización de las actividades de las entidades que participan en la operación, y que no que tenga como objetivo conseguir una ventaja fiscal.
Por último, cabe preguntarse si Ferrovial es una excepción respecto de las miles y miles de sociedades domiciliadas ya en los Países Bajos, que buscan el objetivo de no pagar impuestos, y que ha determinado su calificación de paraíso fiscal por algunos organismos.