
El temor a la recesión es la primera preocupación de los gestores según la encuesta mensual de Bank of América. Por este motivo, llevan a mínimos su exposición a la renta variable al tiempo que aumentan sus posiciones de liquidez.
En concreto, el 52% de los encuestados ha decidido infraponderar la bolsa. Este rechazo es incluso superior al que la industria de la gestión mostraba en la crisis de Lehman Brothers, lo que evidencia la certeza que los gestores tienen de que la crisis es inevitable. Algo que incluso observan con más nitidez en Europa, donde la apuesta bajista se sitúa en niveles récord. El miedo que los responsables de inversión presentan es totalmente comprensible, ya que la persistencia de la guerra en Ucrania sigue poniendo en jaque la economía global y los precios. Buena muestra de ello es el último dato de inflación general en EEUU, que cayó solo dos décimas en agosto, menos de lo previsto, al tiempo que la tasa subyacente subió cuatro décimas hasta situarse en el 6,3%, lo que pasó factura a las bolsas en la jornada de ayer. Una reacción lógica, ya que la persistencia de los altos precios obliga a los bancos centrales a seguir subiendo los tipos con intensidad para frenar el alza de precios, lo que aumenta el riesgo de recesión. Tanto es así que los mercados ya atisban que la Fed aumentará en 100 puntos básicos el precio del dinero a finales de mes. A la vista está que los gestores tienen sobradas razones para el histórico pesimismo que muestran. Este contexto negativo en los mercados puede cambiar puede cambiar sólo si produce un alto el fuego ó un armisticio en la guerra en Ucrania. Una opción que, de momento, no se vislumbra pese al aumento de las críticas internas a Putin ante la negativa evolución de la contienda.