Opinión

Economía, la radiografía de un naufragio

Mantiene la ministra Calviño que la economía española cerrará este año con un crecimiento en torno al 4,3%, mientras asegura que nuestro país afronta desde una posición favorable el alza de tipos de interés, resalta la "marcha positiva" del mercado de trabajo y califica de "buena noticia" la evolución del paro en el pasado agosto, mes en el que el número de desempleados aumentó en 40.428 personas y se destruyeron 189.693 puestos de trabajo.

Y no seré yo en esta ocasión quien desmienta o ponga en entredicho a la vicepresidenta económica. Dejemos que sean los números, que como el algodón no engañan, los que hablen. Y son los números los que dicen que seguimos duplicando la tasa de paro de la UE (6,6%) que está en mínimos, mientras que la nuestra está en el 12,6% y lideramos el desempleo de la Unión, siendo también España es el país donde más cayó el empleo en el último trimestre como muestra la serie corregida de efectos estacionales de Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea que constata que España perdió 220.500 ocupados entre abril y junio respecto al trimestre anterior.

Somos también el país de la Unión más alejado del PIB de 2019, anterior a la pandemia, también con datos de Eurostat, organismo que nos sitúa como el segundo entre las cinco grandes economías europeas con mayor problema de subida de precios motivo por el cual los sueldos españoles caerán este año un 4,4% duplicando la pérdida de poder adquisitivo de la OCDE.

La producción industrial ha sufrido una fuerte desaceleración en julio al crecer sólo el 1,3% respecto al mismo mes de 2021, lo que supone una caída de 5,3 puntos con respecto a junio. Y somos además el cuarto país con mayor deuda pública de la UE, el 118% del PIB, equivalente a 1,4 billones de euros, prácticamente el doble del límite que fija el Pacto de Estabilidad y sólo por detrás de Grecia, Italia y Portugal.

Y si descendemos de la macroeconomía vemos que los resultados del Radar Empresarial de Axesor an Experian company constatan el incremento del número de insolvencias tras finalizar la moratoria aprobada para paliar los efectos del COVID-19. Sólo durante el mes de agosto se declararon 229 concursos de acreedores, un 44,94% más que en el mismo mes del ejercicio de 2021, mientras que en el acumulado del año la cifra de procedimientos suma 3.845, un 3,39% más interanual.

También las cifras de creación de empresas del citado Radar Empresarial reflejan, por tercer mes consecutivo, la desaceleración de la economía española, con una caída del 6,35% interanual en agosto siendo 69.391 sociedades mercantiles las constituidas en los ocho primeros meses, un 3,30% menos que en el mismo periodo del año pasado.

Indicador este que amenaza con empeorar si tenemos en cuenta que la inflación y la subida de tipos de interés, auguran que ya hay muchas empresas asfixiadas que no pueden hacer frente al pago de sus préstamos y créditos en los próximos meses tal y como refleja el comportamiento de los créditos ICO. 

Esta, y no los cantos que entonan las sirenas monclovitas, es la situación real de una economía que apunta inexorablemente hacia la recesión. Y tampoco lo decimos nosotros desde nuestra absoluta y total independencia, o al menos no sólo nosotros. La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's, nada sospechosa de conspirar contra Sánchez, ha sido la última del sector en afirmar que la economía española "se dirige hacia la recesión en invierno" afectada por el práctico estancamiento de los sectores de servicios y las manufacturas.

Previsiones avaladas también desde EthiFinance Ratings que alerta sobre el riesgo que representan el alza de la inflación subyacente mientras advierte que las nuevas subidas de tipos de interés limitarán el consumo en el último trimestre de este año y el primero de 2023, lo que frenará, a su vez, el crecimiento económico.

Así las cosas, la señora Calviño puede mantenella y no enmedalla, que decía Guillén de Castro, para no alterar sus previsiones y seguir viendo la botella medio llena, pero a la vista de lo que cantan los números, las estadísticas y aquellos que más saben, los demás hace ya mucho tiempo que dejamos de creer en los milagros.

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