
La escalada de los precios en España tendrá un importante impacto en la factura de las pensiones del próximo año. En concreto, la AIReF estima un coste adicional de prácticamente 13.000 millones en 2023 respecto al presente ejercicio.
Este mayor desembolso se calcula a partir del porcentaje estimado de subida de las nóminas el próximo año que, tras la reforma de las pensiones, se computará en función de la inflación media entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022. En concreto, este cambio en la normativa supondrá un coste adicional que ya cubre el 86% del gasto extra corriente recomendado por la UE de cara a 2023. Es, por ello, lógica la preocupación que Bruselas ya muestra exigiendo al Gobierno un análisis completo sobre cómo piensa garantizar la salud financiera de la Seguridad Social. Sin duda, el Ejecutivo no lo tendrá para fácil para convencer a la Comisión ante la manifiesta insostenibilidad del sistema de pensiones, tras la equivocadas decisiones tomadas por motivos electoralistas de volver a ligar las prestaciones al IPC y renunciar a adoptar un factor de sostenibilidad. Por si fuera poco, el mayor gasto no es el único problema. También está la propia financiación del mismo ante el menor vigor que ya muestra el PIB, que pasará factura a la creación de empleo.
La escalada de la inflación en España generará un gasto extra en las prestaciones de 13.000 millones en el año 2023
Tampoco será suficiente para aliviar este impacto la transferencias de los denominados gastos impropios, ni la entrada en vigor del Mecanismo de Equidad Intergeneracional, que eleva las cotizaciones un 0,5% para las empresas y un 0,1% para los trabajadores, con el objetivo de volver a nutrir el exhausto Fondo de Reserva. Crecen así las dudas sobre un sistema cuyo incremento del gasto agrava el problema de la deuda e hipoteca las pensiones futuras.