
España ha aumentado en los últimos meses las compras de gas a Nigeria y EEUU. De hecho, estos países ya suponen casi el 50% del suministro. Asimismo, la diversificación realizado ha provocado que la importancia de Argelia como proveedor haya descendido considerablemente, hasta solo el 24%.
Salta a la vista que mirar más allá del país árabe es una estrategia positiva en un contexto de ruptura de relaciones por el cambio de posición del Gobierno respecto al Sáhara. Sin duda, España está preparada ante un improbable cierre del grifo del gas argelino. Pero eso no es motivo para olvidar que han sido los graves errores diplomáticos del Ejecutivo en esta crisis los causantes de los problemas que ya padecen las empresas con tratos comerciales con Argelia.