Opinión

¿Debemos ignorar al gran economista Stackelberg, profesor en Madrid?

Para siempre será un orgullo haber asistido a lecciones del profesor Stackelberg en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid, allá por los años 1945 y 1946. ¿Por qué tiene importancia suma para España su tarea?

En primer lugar, por haber creado una simiente científica cuyos frutos hoy nos llenan de orgullo en su proyección sociopolítica. Uno es nada menos que la aprobación de este texto que reside en el artículo número 38 de la vigente Constitución de 1978. En él se lee: "Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio…". Por otro lado, ¿cómo nació toda una opinión, cada vez más amplia, que acabó por generar la actual Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)? Para entender muchas realidades actuales conviene efectuar estas visiones hacia el pasado.

Y al hacerlo, nos encontramos con nada menos que con un mensaje que viene de la lejana Prusia. De allí procede una realidad aristocrática, la de los Stackelberg. Como es natural, el trasiego entre diversos imperios era evidente en el siglo XIX. Vemos así que en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, un Stackelberg ocupa un puesto importante en el ejército zarista. El propio economista Heinrich Freiherr von Stackelberg, había nacido el 31 de octubre de 1905 al lado de Moscú, en Kudinowo, donde, como señala Murray Milgate en el The New Palgrave. A dictionary of economics, su padre era director de una instalación fabril. Toda esa época primaria familiar de Stackelberg, hoy en día se halla ligada al territorio de la República de Estonia.

Tras la revolución bolchevique desaparece la vinculación con el mundo ruso de esa familia. Stackelberg se había convertido en un espléndido, extraordinario, estudiante de economía durante el periodo de 1928 a 1935. Mucho le había ayudado su soltura en las matemáticas. Inmediatamente se le abren las puertas universitarias, sucesivamente en la Universidad de Berlín y en la de Bonn, al mismo tiempo que su conocimiento de las matemáticas le conducía, no hacia el sendero tradicional historicista, muy abundante en Alemania, sino hacia el mundo derivado de los Edgeworth, y multitud de otras derivaciones neoclásicas. Evidentemente, también apareció la influencia de Hicks. Simultáneamente, comienza a desaparecer en él cualquier vinculación apasionante con el nacionalsocialismo al que se había afiliado. En él participaba en diversas organizaciones, y una de ellas eran las SS, por lo cual pasaba a tener derecho a usar su uniforme. Destaco esto porque cuando se produce la persecución de los judíos, él, que pertenecía a las SS, pero cada vez con mayor frialdad, reviste su uniforme para presidir un tribunal de tesis doctoral que otorga esta alto grado a un excelente universitario judío, que se transformará en Inglaterra en un economista importante. Fue una especie de gesto de rechazo colosal, porque lo hizo precisamente en el ámbito académico donde la norma era la liquidación de toda influencia judía. El que, con un uniforme de las SS, que no vestía en otras ocasiones, tuviese lugar ese acto, evidentemente se relaciona con una crítica clarísima a planteamientos esenciales del nacionalsocialismo, que años después se recordarían cuando Alemania inició los procesos de desnazificación.

Sin su herencia es imposible entender el cambio económico de España en los 60

Simultáneamente demostraba ser un economista extraordinario. Y es que Stackelberg pisó muy fuerte en el terreno, por supuesto muy real, de la vida económica, al ocuparse de la competencia monopolística, investigando lo que ocurría en la búsqueda de equilibrio en las condiciones oligopolísticas. Ese Stackelberg, inmediatamente tuvo una acogida intelectual por parte de aquella extraordinaria investigadora sobre esos problemas, que por el lado keynesiano de izquierdas, pasó a tener un gran papel: Joan Robinson. Ésta, en su La economía de la competencia imperfecta (trad. de José Luis Sampedro, Aguilar, 1946; el original es de 1932) señala que, "aun cuando yo no haya utilizado aquí sus obras, debo citar además a otros autores que en distintas ocasiones han tratado algunos de estos instrumentos, como por ejemplo, el doctor H. V. Stackelberg", citando entre otros, un artículo de éste publicado en el Zeitschrift für Nationaloekonomie, mayo 1932. Un enlace entre Joan Robinson y Stackelberg que explica una anécdota que presencié. Estaba ofreciendo éste una explicación sobre ciertas consecuencias de la competencia oligopolística a un grupo de alumnos de la primera promoción de la licenciatura en Ciencias Económicas en 1945-1946. Exponía un desarrollo en la pizarra, se volvió hacia nosotros y dijo: "¿está claro, Sr. Sampedro?". Tengamos en cuenta que Sampedro, como ya he señalado, era el traductor del libro de Joan Robinson. Se sentaba muy cerca de mí el futuro General Melis Clavería, un gran experto en cuestiones magrebíes y saharauis, y uno de los que en la etapa de la II República ocupó Ifni; se había matriculado Melis en Ciencias Económicas, donde desarrolló una brillante carrera universitaria. Al terminar la interrogación de Stackelberg, se oyó con voz muy alta que Melis decía: -"¡Y a nosotros que nos parta un rayo!".

Pero no sólo la influencia de Stakelberg a través de sus planteamientos pasó a los estudiantes universitarios. Se había trasladado a Madrid al aceptar, como patriota alemán, que la invasión de Rusia en la II Guerra Mundial que Hitler conducía, era el camino para una forzosa catástrofe. Simultáneamente, su vinculación cada vez más intensa con las teorías neoclásicas, sus serias observaciones a los planteamientos de Keynes, le condujo, sin dejar también de apoyarse en Hicks, en Allen, en Böhm-Bawerk, hasta enlazar con un grupo francamente rebelde opuesto al nacionalsocialismo, o sea el conocido con el nombre de Escuela de Friburgo, con Walter Eucken al frente. Las ventajas de la economía libre de mercado, que tímidamente en un comentario sobre Eucken había mostrado en las publicaciones del Instituto de Estudios Políticos, Valentín Andrés Álvarez, fueron ampliadas en este ámbito tras la llegada de Stakelberg a España, como se prueba con claridad en la obra de Stackelberg Principios de Teoría Económica (Instituto de Estudios Políticos, 1946).

Su labor en política económica, clave en la reconstrucción de Alemania tras la Guerra Mundial

¿Y por qué había venido a Madrid? La oposición al nacionalsocialismo había crecido en él de manera extraordinaria, y ya participaba en la famosa conjura contra Hitler que terminó con el intento de golpe del Coronel von Stauffenberg. El grupo de los conjurados había comprendido que, tras el estropicio forzoso de la derrota que se veía venir, era preciso levantar a Alemania, y para eso era obligado contar con economistas de primera fila que dirigiesen la política económica, tal como había sido lo ocurrido en un caso concreto. En sus conversaciones destacaban el papel de Cassel en Suecia para conseguir su bienestar. Stackelberg era el experto adecuado y, aprovechando sus enlaces personales con Miguel Paredes, en 1943, precisamente con citas sobre Cassel, nos dio Stakelberg, poco después de llegar de Alemania, la conferencia "La Ciencia y la Práctica de la Economía" (Instituto de Estudios Políticos, 1943) en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas. Conservo, subrayado y manoseado, un ejemplar de esa edición. Y a partir de ahí, Stackelberg presenció el fracaso del golpe y se vinculó a él nada menos que con la presencia de la familia de Canaris. En Madrid su secretaria pasó a ser una Canaris. Y todos sabemos la participación del Almirante Canaris en la conjura contra Hitler, y también los enlaces de Canaris con Franco para evitar que España entrase en la II Guerra Mundial. Stackelberg, tras este fracaso político presenció la derrota de Alemania y los primeros pasos que el grupo de Friburgo comenzó a dar para su reconstrucción. Recordemos lo señalado de sus enlaces con esta entidad. Simplemente eso, pues falleció en 1946. Era luterano, y yo fui, con otros estudiantes, a contemplar su tumba. Precisamente, se encuentra en el Cementerio Británico de Madrid, relacionado con la Embajada Inglesa, o sea, aparentemente, enemiga clara en la II Guerra Mundial. Otra vinculación frente al nacionalsocialismo que no se puede ocultar.

La herencia que dejaba obliga a que es imposible entender a Ullastres, a Torres, a Castañeda sin Stackelberg. Así se consolidan multitud de ideas de los economistas españoles a partir de entonces, con lo que se construyeron los cimientos de otra España económica a partir de 1953, con el complemento de 1978, y posteriormente de la definitiva vinculación con Europa. El mensaje de Stackelberg era fundamental en ese planteamiento nuevo. Por eso me parece que bloquear la aparición de sus Obras Completas en español es radicalmente equivocado, y más aún con el argumento de que se trata de un nacionalsocialista. Basta leer en Stackelberg aquello que escribió así, al contemplar mejor el panorama: "la investigación libre, orientada hacia la verdad objetiva por hombres fieles a los vínculos éticos, es un ingrediente irrenunciable de la cultura occidental, que ni el colectivismo científico por un lado, ni el utilitarismo, por el otro, pueden sustituir". ¿Y ese era un mensaje típico de un nazi?

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