Opinión

Un lastre para el pacto China-EEUU

Las bolsas vivieron ayer una jornada aciaga después de que se conociera la detención en Canadá de la directora financiera de Huawei, Sabrina Meng Wanzhou, por orden de EEUU. Tanto nerviosismo podría parecer, en un análisis superficial, exagerado. No en vano el arresto tiene una causa, en apariencia, muy localizada. Washington acusa a Meng Wanzhou de romper las sanciones a las que Irán vuelve a estar sometido.

Además, ni EEUU ni China han dado por desechada la tregua de 90 días en su guerra comercial que acordaron en el último G-20. Ahora bien, Weng Wanzhou dista de ser una ejecutiva cualquiera. Al contrario, es la hija del fundador de Huawei, un magnate muy reconocido en China no sólo por su poder empresarial sino por el gran prestigio del que goza en el mundo económico y político.

Es más, la detención se enmarca en la polémica campaña que EEUU, y varios países europeos, han emprendido para evitar que los Estados occidentales confíen el desarrollo de sus nuevas redes de telefonía móvil 5G a operadores chinos, especialmente Huawei y ZTE. Washington y otras capitales lanzan ya graves acusaciones de espionaje a estas empresas.

Por todo ello, la detención y posible extradición de Meng Wanzhou puede tener unas consecuencias aún difíciles de prever en el alivio de las tensiones comerciales entre EEUU y China. Si la incertidumbre resurge, todo apunta a que Wall Street sufrirá nuevas caídas que lo lleven a sus mínimos anuales. En ese escenario, dado que EEUU aún es el mercado director global, el fin de año también será duro para las bolsas europeas, acosadas igualmente por sus propias incertidumbres como el resultado de la votación parlamentaria del plan sobre el Brexit del día 11.

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