Opinión

A tiempo de evitar el 'Brexit' duro

La primera ministra británica, Theresa May, vivió ayer un día de importantes reveses, relacionados con el principio de acuerdo que ya alcanzó con la UE para iniciar el Brexit el próximo marzo. Pese a que el miércoles logró el aval de su Gobierno, May se encontró en el día posterior con varias dimisiones, una de ellas tan siginificativa como la propia del ministro del Brexit, Dominic Raab, quien se encargó de negociar el tratado que ahora rechaza.

Posteriormente, la jefa de Gobierno afrontó una dura sesión en el Parlamento, con especial protagonismo del líder de la oposición, Jeremy Corbin, quien también arremetió contra el pacto. La situación, por tanto, parece crítica, pero resulta prematuro considerar que todo está perdido.

La renuncia de Raab, pese a su impacto, era también previsible. No en vano se alineó hace semanas con el ala más dura de los tories, donde incluso se le considera rival de May para liderar a los conservadores. En segundo lugar, la posición europeísta que caracteriza a los laboristas puede hacer que sus diputados (que cuentan con libertad de voto) marquen distancias respecto de las críticas de Corbyn y respalden las líneas maestras del plan.

Por último, debe destacarse también que la UE mantiene la cumbre convocada para el día 25, mientras la propia May descarta su dimisión y está dispuesta a seguir defendiendo un plan que cuenta con una buena base. La posibilidad de que Reino Unido se mantenga en la unión aduanera hasta 2021 no solo otorga margen suficiente para evitar que una nueva frontera se levante entre las dos Irlandas. Sobre todo, da tiempo para evitar una ruptura abrupta de Reino Unido con el mercado único europeo. Un Brexit duro de ese tipo no beneficia a nadie... y aún hay posibilidad de evitarlo.

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