
Una de las sorpresas del borrador de Presupuestos de 2019 fue la inclusión de la subida de la fiscalidad del diésel. Quedó fuera de la negociación con Podemos, pero el Ejecutivo decidió incluirlo siempre defendiendo que su impacto será mínimo para las clases medias y trabajadoras.
Sin embargo, sobre el papel, nada garantiza esa promesa. Las cuentas no contemplan ninguna nueva bonificación que vaya más allá del ya conocido gasóleo profesional. Pero este último tiene un alcance muy restrictivo, ya que afecta a vehículos desde 7,5 toneladas.
Todo apunta, por tanto, que el gran número de empresas y autónomos propietarios de vehículos más pequeños (desde taxis a VTC pasando por ambulancias) serán los grandes perjudicados por este tributo.