
El adiós de Francisco González en la presidencia de BBVA completa un ciclo de renovación en los grandes despachos bancarios en nuestro país, con el único fleco pendiente de la salida -en algún momento futuro- de Josep Oliu, que ya es el único 'superviviente' del grupo de los grandes banqueros españoles del arranque de siglo.
El presidente de Banco Sabadell, que cumplirá 70 años en 2019, ya debe intuir que a partir de ahora toda la presión recaerá sobre él. Con su característico sentido del humor, Oliu, cada vez que un periodista le preguntaba cuando pensaba dejar el banco, respondía que en el momento que Francisco González se despidiera de BBVA.
Dado que la decisión se ha adelantado en el tiempo -se esperaba que González podría alargar su presidencia hasta diciembre 2019- es evidente que, de cara a la presentación de resultados del tercer trimestre, que previsiblemente publicará a lo largo de octubre, el presidente de Sabadell tendrá que preparar otra respuesta. Por ejemplo, que irse ahora dejaría a medias el nuevo plan estratégico, que finaliza en 2020, o que, hasta que cumpla los 74 años queda tiempo.
Sabadell se encuentra en un momento clave, cerrando la integración de TSB
Sabadell, al igual que BBVA, se encuentra también en un momento clave, cerrando totalmente la integración de TSB, y comenzando a aprovechar mayores sinergias y posibilidades de crecimiento, tras poner fin a unos meses complicados, en los que los problemas operativos de la migración tecnológica le ha obligado a asumir posibles costes extraordinarios para indemnizaciones por 92 millones, que provisionó en junio. El banco, sin embargo, es ahora optimista, aunque vivirá en primera persona el posible impacto del 'Brexit', igual que Banco Santander.
Jaime Guardiola, consejero delegado de Sabadell, reiteró ayer ante analistas en Londres que el banco alcanzará un nivel de ROE (Rentabilidad sobre los recursos propios) de doble dígito en 2020 y que, en Reino Unido, superada la crisis por la integración de las plataformas, se centrará en impulsar la eficiencia y en ampliar su gama de productos. El banco espera crecer en el mercado de pymes británicas y Oliu podría no querer perdérselo. Mientras que él siga en el cargo, a pesar del adiós de González, la banca española todavía contará con ejecutivos que vivieron la gran etapa de expansión del sector durante los noventa y la primera década de 2000.
Tras el fallecimiento de Emilio Botín, presidente del Santander, en 2014, el sector ha visto a Isidro Fainé dejar la presidencia de CaixaBank -aunque su vinculación es muy estrecha porque preside tanto la Fundación bancaria La Caixa, como Criteria, primer accionista del banco- y ahora a Francisco González de BBVA.