Opinión

Luz al final del túnel para la banca

El pasado mayo marca un punto de inflexión en la banca española, ya que registró la primera subida de la cartera crediticia para hogares en siete años.

Los nuevos préstamos llevan tiempo elevándose al calor de la recuperación pero es ahora cuando lo hacen a un ritmo que compensa las amortizaciones y propicia que el stock total crezca. Sin duda, el descenso a los detalles invita a moderar entusiasmos.

Lo ocurrido en mayo es un muy leve avance interanual, de siete centésimas, que lo debe todo o casi todo a los créditos al consumo. De hecho, la financiación para bienes y ocio crece con un ímpetu que logra compensar los descensos que todavía sufre la cartera de crédito hipotecario. Ahora bien, algo está cambiando también en los préstamos para adquirir inmuebles.

La tasa de crecimiento de las nuevas hipotecas supera ya el 15%. El buen momento del mercado inmobiliario permite augurar que esas tasas se mantendrán durante el resto del presente ejercicio. Como resultado, el stock de hipotecas estaría en condiciones de arrojar un crecimiento neto en el último trimestre de 2018. Puede entonces hablarse por fin de una verdadera recuperación del negocio bancario.

Esa situación llegaría, además, en un momento especialmente oportuno ya que tiene visos de que se producirá en puertas de 2019, el año que el BCE ya ha fijado para llevar a cabo las primeras alzas de los tipos de interés que la eurozona vivirá desde 2008.

Sin duda, las entidades españolas aún tendrán que afrontar importantes retos, como los planteados por la nueva banca digital o por una regulación más exigente. Sin embargo, es indudable que el despertar de la actividad crediticia implicará que la banca encuentra la luz al final de túnel que la crisis abrió.

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