Opinión

Desafíos pendientes para la banca

La gran banca española cerró ayer su presentación de resultados relativos a 2016 y llega la hora de evaluar el comportamiento del sector financiero en un año tan difícil como el pasado.

Dicho balance sólo será riguroso excluyendo del cómputo general al Popular, por la situación excepcional en la que el profundo saneamiento de su balance, aún en desarrollo, lo sitúa. Tras esa salvedad, el resto de los grandes (Banco Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankia) cerraron con un avance del 6 por ciento de sus ganancias en España. Se trata de un alza meritoria considerando los apuros que supusieron unos tipos de interés que siguieron su descenso hasta situarse en negativo. A ello se sumó la necesidad de elevar las dotaciones para afrontar la obligación de devolver todo lo cobrado en concepto de cláusulas suelo hipotecarias, si se demuestra una aplicación abusiva. La capacidad de afrontar esos obstáculos logrando más beneficios dice mucho de la eficiencia lograda por la banca, tras los fuertes ajustes acometidos en los últimos tiempos. Sin duda, mantener esa fortaleza será clave para encarar un 2017 que presentará desafíos. Es cierto que se vislumbra una moderación de la política ultraexpansiva del BCE, pero no cabe esperar que los tipos abandonen rápido sus bajos niveles actuales, capaces de reducir en un 10 por ciento en dos años los ingresos bancarios. Siguen también pendientes los retos planteados por la tecnología (al que Santander responde con una nueva división digital) y por una regulación más exigente. En España, además, debe considerarse el efecto de una incertidumbre jurídica en el mercado hipotecario todavía no despejada. Todo ello puede obligar al sector a acometer aún más ajustes para reanimar la rentabilidad.

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