
Tras la victoria de Donald Trump, la pregunta que muchos se plantean es qué efectos provocará sobre la economía mundial. La respuesta no es fácil porque habrá que esperar unos meses para ver hasta qué punto el presidente electo de EEUU cumple con las promesas realizadas durante su campaña.
En este sentido, una de las principales propuestas electorales de Trump fue la implementación de una serie de políticas fiscales expansivas al estilo Reagan en los 80, basadas en una reducción de los impuestos y el incremento del gasto público en infraestructuras. Esto ha provocado un significativo trasvase de inversiones desde el mercado de renta fija al de renta variable, como ejemplifica la tendencia alcista del Dow Jones, hasta llegar a máximos históricos.
Asimismo, la política fiscal expansiva prometida induce a pensar que los efectos sobre la economía estadounidense pueden ser positivos, al considerar que una reducción de los impuestos incentiva el consumo y un aumento del gasto público tendrá un efecto directo dinamizador sobre la producción y el empleo. Todo esto ligado al incremento de la velocidad de circulación del dinero y de la masa monetaria por la política monetaria ultra expansiva acometida por la Reserva Federal desde el inicio de la crisis, eleva las expectativas de inflación para el 2017 al 2,56 por ciento, como arrojan los datos del FMI.
Ante este cuadro macroeconómico favorable, y junto al hecho de que la tasa de desempleo registrada se sitúa en el 4,9 por ciento, estaba descontado que la Reserva Federal, con el fin de evitar un sobrecalentamiento de la economía estadunidense, acometería este mes una subida de los tipos de interés del 0,25 por ciento. A partir de ahí, la Fed puede llevar a cabo sucesivas subidas de tipos de interés, aunque más moderadas que en anteriores fases expansivas del ciclo económico. No olvidemos que la Reserva Federal se caracteriza por su dinamismo y por su prudencia ante los shocks de la economía mundial, como ocurrió con el Brexit.
Pero volviendo a los efectos de las posibles políticas de Trump, no todo son alegrías, si tenemos en cuenta que otras de sus promesas electorales fue la aplicación de medidas proteccionistas con el lema America First, que ha generado un aumento de la incertidumbre sobre la evolución del comercio mundial. Algo que, a la larga, también puede tener un efecto negativo para los sectores que estuvieron bajo el punto de mira de Trump durante su campaña electoral como el automovilismo, las telecomunicaciones y las energías renovables. Esta incertidumbre es aún mayor en el caso de las economías cuyo sector exterior es más dependiente de EEUU, entre ellas China y las emergentes latinoamericanas que, en los próximos meses, pueden experimentar una reducción de sus exportaciones, una depreciación de su tipo de cambio y una salida masiva de flujos de capitales, lo que puede derivar otros problemas financieros, puesto que muchas de estas economías tienen contraídas sus deudas en dólares.
¿Este cambio en la coyuntura económica afectará a España? Sin duda. No debemos obviar que muchas empresas españolas tienen una fuerte presencia en Latinoamérica y que EEUU es el principal inversor extranjero en España. Consecuentemente, las medidas proteccionistas del nuevo presidente norteamericano pueden suponer una salida de capital estadounidense de España. Del mismo modo, desde que se conocieron los resultados electorales, la prima de riesgo española se ha incrementado de los 111 a los 133 puntos básicos, con el consiguiente incremento del precio de la deuda soberana española y el encarecimiento de la financiación de nuevos proyectos internacionales en los que muchas empresas españolas se encuentran implicados.
No obstante, mientras la incertidumbre y el riesgo se han apoderado de los mercados, el tipo de cambio euro-dólar se ha depreciado, un estímulo para las exportaciones españolas fuera de la zona euro. Y además la política fiscal expansiva puede implicar una ayuda para aquellas empresas españolas con sede en EEUU, porque Trump también prometió rebajar el impuesto de sociedades del 35 por ciento actual al 15 por ciento.
Con todos estos datos sobre la mesa, ¿podemos decir que los efectos de las políticas económicas de Trump serán positivos? Todavía es muy pronto para establecer una valoración consistente. Dependerá de hasta qué punto el nuevo inquilino de la Casa Blanca cumpla con sus promesas electorales y de la forma en la que la Fed termine con la política monetaria expansiva.
Carlos Salvador. Profesor del Área de Economía e Historia de CUNEF