Opinión

Fondo Monetario: el riesgo continúa

Christine Lagarde, directora del FMI.

Como es tradicional en estas fechas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado una serie de informes coincidiendo con el cierre del primer trimestre de 2016.

El FMI lleva siendo muy contestado y criticado desde hace ya tiempo; en todo caso sus informes son siempre objeto de atención por lo que el interés de los mismos, así como sus observaciones, son referencia y motivo de interés para todos. Atendiendo a ello convendría comentar algunos temas que parecen relevantes y presumiblemente centrarán la atención sobre la economía mundial.

En primer lugar se encuentra el aumento de los riesgo financieros. Desde hace tiempo, y como viene recogiendo este diario, las turbulencias de bolsas y mercados de renta fija son fuente de conflictos para las previsiones económicas. El aumento de las primas de riesgo de los activos de renta fija, limitado en cuanto a la deuda pública y la renta fija privada de buena calidad crediticia en el área euro, son el mejor termómetro de que algo pasa.

También por supuesto los fuertes vaivenes, traducidos en alta volatilidad, de los mercados de acciones o de renta variable. Los inversores llevan desde hace tiempo barruntando que la economía mundial parece dejar entrever más sombras que luces. Esta incertidumbre y preocupación es significativa puesto que, como bien señala el Fondo, esta vez la política monetaria parece agotada.

Hasta el momento los países de las economías más avanzadas (Norteamérica, Reino Unido, área euro) han venido combatiendo la crisis con medidas únicamente monetarias; poco han ayudado el resto de acciones: reformas y política presupuestaria.

Agotamiento de la política monetaria

Este diario recogía en sus páginas esta misma semana la posibilidad de que el BCE haya agotado con sus actuaciones las últimas medidas. A partir de aquí, y si la crisis vuelve, la política monetaria está agotada, algo que bien sabe la Fed, y de ahí su intento de normalizarla. Por cierto, conviene resaltar que la mejoría experimentada por los mercados financieros en las últimas fechas puede ser tan solo aparente, no definitiva.

Atención por tanto a: primas de riesgo, cotizaciones de empresas, mercados high yield, y al índice VIX, conocido como el índice de pánico; es aquí donde el inversor y el ciudadano podrán ver si se incrementa o no el riesgo financiero. No conviene caer en complacencias momentáneas. Los inversores y sus percepciones son un indicador adelantado de la economía real.

Precisamente las turbulencias financieras han golpeado con fuerza a los países emergentes. El derrumbe del precio de las materias primas, especialmente petróleo, está detrás de la caída de la actividad de las economías emergentes, así como de las dificultades financieras que estos países vienen atravesando.

El FMI nuevamente recoge una nueva ralentización del PIB de estos países, salvo China. Si hasta hace poco tiempo los emergentes parecían dar muestras de una mayor estabilidad, la realidad ha demostrado que no es así. Han vivido de una posición privilegiada, pero ahora comienzan a mostrar su debilidad. En esos países las materias primas han tapado el hecho de que sus gobiernos no hacían las reformas que debían, no han aprovechado el tiempo brindado y ahora se muestra la cruda realidad de los mismos. Además en muchos de ellos la situación política es muy delicada, véase Brasil y el empeachment de su presidenta Dilma Rousseff.

Por cierto el aumento de riesgos financieros incrementaría directamente los problemas a estos países y, por tanto, la amenaza se incrementa exponencialmente. Pero si nos venimos a los países pujantes, especialmente a Europa, el Fondo nuevamente da relevancia a lo expuesto por elEconomista. El problema son los bancos y, sobre todo, no haber cerrado la crisis reconociendo la morosidad.

En Europa buena parte de su banca tiene problemas de carteras crediticias morosas y ocultas, pero no por tapar desaparece la morosidad. Italia y su banco malo es el último ejemplo, pero puede haber más. No es baladí lo que hemos visto en la cotización del precio de las acciones europeas; por supuesto no se puede decir que el peligro ya ha expirado. Atención a los bancos y, por supuesto, más a los europeos.

Aunque existen otros puntos de interés, ya por último conviene ver lo que dicen de nuestra economía. Sigue siendo una de las más dinámicas, se prevé incluso que pueda sobrepasar a la italiana, sin embargo los informe lo dicen con crudeza: España pierde fuelle en el crecimiento. No es un problema de recesión, sino de desaceleración. La incertidumbre también nos hace mella, incluso se incrementa con la situación política. El paro y el déficit siguen siendo nuestros puntos débiles. Sin embargo, esta vez hay una mensaje del FMI muy importante: la solución no es subir impuesto, lo que ha hecho el PP y su brazo ejecutor, el señor Montoro, en estos cuatro años. Una vez más, el Fondo es muy claro: para crear trabajo es necesario rebajar la fiscalidad que soportan las empresas. ¡Albricias! Todavía es necesario recordar que una mayor imposición fiscal genera una caída del empleo, que además incide en la caída de la renta disponible y, por tanto, en el consumo privado.

Estaría bien mandar una copia a los partidos políticos de cara a unas nuevas elecciones que parecen inevitables. Menos impuestos y más reformas habría que demandar a nuestros políticos.

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