Opinión

¿Hay margen para una bajada de impuestos?

Más que bajar impuestos hay que reducir el déficit y la deuda y racionalizar el gasto público

Existe una clara discrepancia entre los principales partidos españoles por la manera en la que se debe afrontar la crisis provocada por la guerra en Ucrania, la visión más liberal apuesta por bajar los impuestos, mientras que los partidos más a la izquierda proponen no reducir los impuestos y seguir apoyando a la economía con medidas de mayor gasto público cuyo mayor ejemplo sería la subvención de 20 céntimos por litro de gasolina.

Comencemos por la primera visión, recortar impuestos para fomentar el consumo, en puridad económica parece una medida sensata y seguramente lo sería si no estuviéremos con una Deuda Pública rondando el 120% sobre el PIB y en un entorno de subida de tipos a no muy largo plazo. En Estados Unidos el bono a 30 años ya se sitúa en el 3% doblando prácticamente los mínimos de la pandemia. Si algo así ocurriera en España y los tipos subieran un 2 o 3%, esto supondría en la renovación de la deuda un impacto de entre 30 y 40.000 millones de euros, a modo de ejemplo, el presupuesto estatal para infraestructuras no llega a 12.000 millones.

¿Pueden recortarse impuestos en este entorno? La respuesta corta es no, pero todo tiene matices, tampoco la postura opuesta consistente en seguir incrementando el gasto público parece tener mucho recorrido porque hasta ahora la filosofía parecía ser financiar este esfuerzo de las Administraciones Públicas con mayores impuestos, pues bien España ha incrementado en más de 4 puntos la relación entre ingresos públicos y PIB desde 2008, alcanzando casi el 37%, lo que da idea de que ya la presión fiscal ha subido de manera importante en la última década y, por tanto, no tiene un excesivo recorrido al alza (la media en la UE es de 39%),

En Europa la probabilidad de que los tipos suban es muy alta, ello combinado con el final del programa de recompra de bonos por parte del Banco Central Europeo deja un panorama muy incierto, por un lado, la situación económica hace necesaria la intervención de los sectores públicas, por otro, la presión fiscal ha aumentado de manera importante lo que afecta al consumo.

Ambas posturas son, por tanto, poco sostenibles y de corto alcance, hacen falta medidas que combinen:

Un mejor uso de los fondos públicos intentando que el déficit se sitúe en niveles más razonables, esto viene por un uso más racional de los recursos del Estado, a modo de ejemplo, subvencionar a todos los consumidores de gasolina, en lugar de solo apoyar a los sectores más desfavorecidos por el alza del petróleo es poco efectivo, regresivo y sobre todo implica mantener un nivel de dispendio muy elevado.

Una mayor creatividad en el uso de impuestos y tasas, en unos casos con exenciones o reducciones a los sectores más afectados por la crisis, mientras que otros tienen un cierto margen al alza. De hacerse bien, podría incluso redundar en un efecto positivo sobre el crecimiento

Para evitar que la inflación acabe financiando de manera indirecta al Estado, sería muy conveniente que las tablas de pago del IRPF se actualizarán, después ya de unos años de no hacerlo, lo que sin ser una bajada de impuestos sí redundaría en una menor presión fiscal.

En resumen, más que una política de reducción de impuestos, lo que hay que propugnar es que se implemente un programa que permita reducir al máximo el déficit y la deuda antes de que se produzca la temida subida de tipos, de no hacerse los efectos sobre la economía serían terribles puesto que habría que acometer recortes que serían desde luego muy perjudiciales para el crecimiento económico.

En este sentido, hay que acometer una racionalización del gasto público intentando que aquellas partidas que tengan un menor impacto positivo sobre la actividad económica se reduzcan o se usen de una manera que permita que sí se produzca esa afectación. La abundante presencia de competencias que se acometen por más de una administración es el mejor ejemplo.

También hay que dejar de realizar políticas de incentivación de trazo grueso que beneficien a todos los sectores con independencia de si, verdaderamente, se han visto afectadas por la crisis.

Solo tras realizar estos ajustes y optimizaciones se podrá pensar en una bajada generalizada de impuestos

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Comentarios 1

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pegassus
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En Contra

Amigo mio ,como te lea la derechona , no te van a volver a dejar escribir en 4 años

Puntuación -2
#1