
El indicador adelantado del IPC de marzo prácticamente confirma la previsión de elEconomista, que situaba en el 10% el alza de los precios.
De hecho se queda a solo dos décimos de esa cifra, su mayor nivel desde mayo de 1985. De confirmarse el 9,8%, el dato definitivo se conocerá el 13 de abril, supondrá un aumento de 2,2 puntos sobre febrero (7,6%), el mayor avance en solo un mes desde 1977. Asimismo, la inflación subyacente (sin energía y alimentos no elaborados) aumentó cuatro décimas hasta el 3,4%, su nivel más alto desde 2008. Los continuos incrementos que los precios muestran desde hace un año convirtieron a España en el país que lideró la caída del consumo en Europa en 2021. Una tendencia que irá a más este año ante la falta de soluciones del Ejecutivo Para empezar, el impacto de las medidas aprobadas esta semana no se apreciará hasta dentro de un mes, lo que aboca a un nuevo récord del IPC en abril. Por si fuera poco, la capacidad del plan de choque del Gobierno para reducir el alza de los precios es muy limitada. En concreto, solo servirá para rebajar la inflación entre medio punto y un punto, según Funcas y el IEE. El escepticismo de ambos organismos es comprensible. Primero porque la guerra en Ucrania es la razón de los precios récord y solo el fin del conflicto frenará su escalada. Además, las medidas aprobadas por el Gobierno son cortoplacistas (solo tres meses) y no fomentan la actividad económica, lo que reducirá su capacidad para frenar al IPC. Por último, se centran en los costes energéticos y los carburantes, por lo que también resultan inservibles para paliar la inflación subyacente. Esta falta de soluciones al alza récord de los precios seguirá lastrando el consumo y, por extensión, la recuperación económica.