
La alta rentabilidad por dividendo siempre ha sido uno de los grandes atractivos del Ibex. De hecho, la bolsa nacional siempre ha batallado con la italiana y la británica por liderar esta variable.
Esta pugna se mantendrá también a lo largo del presente ejercicio. Así lo indica el hecho de que con el cambio de año, el Ibex haya recuperado una retribución media del 4,1% de cara a los próximos meses, cuando a finales de 2020 era menor al 3% debido a la paralización de muchos pagos por la pandemia.
La clave que ha permitido al selectivo español recuperar su tradicional atractivo por dividendo ha sido el sector financiero, que ha retomado las retribuciones pre-Covid, de entre el 30% y el 50% de payout. El mero hecho de que sea la banca la impulsora de los dividendos es positivo para el conjunto del Ibex al ser el sector más ponderado, con un 29%.
También es reseñable que el segundo sector con más peso, el energético con un 20%, haya incrementado sus pagos incluso durante la pandemia. Pero más importante aún es que la mejora del dividendo también se debe al crecimiento de los beneficios de las cotizadas tras dos años de impasse por el Covid. La normalización de las ganancias de las empresas del Ibex aumentan la seguridad de las retribuciones y hace prever un mayor incremento de los pagos en los próximos ejercicios.
El selectivo es una clara opción para superar al alza de los precios
Estas buenas perspectivas convierten al Ibex en una clara opción para los inversores en un escenario en el que es difícil encontrar vehículos financieros capaces de superar en rentabilidad a la inflación actual.
Es más, el retorno del 4% que ya ofrece el selectivo español se presenta como adecuado de cara a vencer al incremento de los precios en el presente ejercicio, que según la última estimación del BCE será del 3,2%.