
Christine Lagarde se ha mostrado contundente respecto a la inflación, al reconocer "que ha subido con más fuerza de lo previsto y se mantendrá alta más tiempo del esperado".
El mensaje de la presidenta del BCE evidencia que el organismo ha dado su brazo a torcer y ya reconoce los riesgos que para la economía de la eurozona supone el incremento de los precios, que ha perdido el calificativo de "transitorio". Es cierto que Lagarde esperará a marzo, con el nuevo cuadro macro, para tomar decisiones sobre los tipos de interés. Pero el mero hecho de que el BCE haya adoptado una posición más realista respecto al impacto de la inflación hace que el mercado ya anticipe dos subidas del precio del dinero en 2022, como escenario más probable.