
Las hipotecas a tipo fijo (cada vez más extendidas en nuestro país) mantendrán la tendencia a la baja en sus diferenciales que muestran prácticamente desde el año 2019.
Esta es la primera conclusión que se extrae del esprint que los bancos españoles han iniciado para captar clientes en lo que resta de 2021. Debido a ello, los descensos continúan marcando la pauta, hasta el punto de que hay ya tres entidades financieras en las que el interés de este tipo de préstamos se sitúa en el 1,5% TAE, marcadamente por debajo del 1,61% de media de la Unión Europea. Sin duda, los bancos españoles han tomado buena nota del horizonte que el BCE aún dibuja para su política monetaria, en el que las alzas de tipos de interés se contemplan en el largo plazo, a pesar de la creciente presión de la inflación. Éste es el escenario al que los bancos españoles se enfrentan en la eurozona al que se suma, en nuestro país, una intensa guerra por captar clientes en el mercado hipotecario. Los préstamos inmobiliarios han resistido perfectamente la crisis y los bancos se afanan con acierto en aprovechar a fondo su potencial, lo que permite prever que el descenso de los diferenciales se prolongará todavía más. Por fortuna, y a diferencia del pasado, la progresiva rebaja de los tipos en las hipotecas no es un fenómeno alimentado por una burbuja en el sector inmobiliario, sino por la elevada demanda en la compraventa de viviendas. Además, la mayor implantación de los tipos fijos ofrece más seguridades que en el pasado.
La guerra de las entidades por captar clientes no debe llevarlas a asumir un exceso de riesgos en los préstamos
Con todo, los recientes incrementos de la morosidad en nuestro país deben llevar a las entidades a ser escrupulosas en el control de riesgos tal y como sigue advirtiendo con acierto el Banco de España.