Las próximas jubilaciones de la generación del baby-boom plantean un reto de primer orden ante el cual la respuesta del Gobierno se limita a elevar ingresos, mediante un alza de cotizaciones.
El incremento, de hasta un 0,6% vigente durante 10 años, despertó ya pleno escepticismo entre los expertos por su ínfima capacidad recaudatoria. Pero, además, también la evolución del volumen de cotizantes juega en su contra. En concreto, la Comisión Europa alerta de que España contará con dos millones menos de este tipo de contribuyentes, respecto a los niveles actuales, en 2050, el año en el que la Seguridad Social acumulará más tensiones. La realidad desbarata así por completo la hoja de ruta diseñada por el Gobierno para afrontar tan importante problema.