
El Gobierno recibió con triunfalismo los datos de la última EPA relativa al tercer trimestre. En términos generales, la mejoría es indudable ya que el número total de ocupados superó los 20 millones, una cota que no se alcanzaba desde 2008.
Ahora bien, es necesario desglosar los datos para conocer la realidad del mercado laboral. Y ese análisis revela el papel protagonista que las Administraciones han asumido, al responsables de tres de cada 10 nuevos puestos de trabajo. El total de empleados públicos registra un récord equivalente a 3,5 millones de personas. Es más, en términos de tasa de crecimiento, logra incluso superar a la creación de puestos de trabajo en el sector privado. Así, según las cifras de la Seguridad Social, la ocupación avanzó un 6,4% en las Administraciones de enero a agosto; el porcentaje baja al 4% en el caso de las empresas privadas. Resulta ya imposible justificar esta diferencia invocando la urgencia de reforzar los servicios a los ciudadanos con motivo de la pandemia, puesto que la situación sanitaria mantiene una constante mejora desde el levantamiento del estado de alarma. Es más, la tendencia del empleo público a registrar fuertes avances empezó a manifestarse antes de la llegada del coronavirus y nunca se ha llegado a corregir.
La contratación en el sector público disimula las dificultades que todavía atraviesa el mercado laboral español
De hecho, esta realidad ha generado una especie de dopaje en las cifras que oculta la realidad del mercado laboral. Frente al impulso de la contratación pública, el tejido empresarial, exhausto tras un año y medio de crisis y una recuperación que no cubre las expectativas, afronta dificultades para crear puestos de trabajo. La crisis en el mercado laboral está así lejos de cerrarse y aún provocará que España, según prevé el FMI, bata marcas de paro en 2021 y 2022.