Opinión

Aquí se viene a aplaudir

Nulas voces críticas a la gestión de Pedro Sánchez en el Congreso del PSOE

El congreso número 40 del PSOE lo definió mejor que nadie un miembro de la ejecutiva entrante: "A Valencia se viene a aplaudir, no a discutir". Lo dijo el valenciano Ximo (Joaquín) Puig en público antes de anunciar a los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González y tras comprobar que no había ninguna intervención solicitada para enmendar la ponencia de Santos Cerdán. "Podemos dar por aprobada por unanimidad absoluta una gestión que es sencillamente impecable", dijo Puig, y se quedó tan ancho.

Y yo me pregunto: ¿hasta dónde hemos llegado?, ¿cómo se puede caer tan bajo? Porque en el viejo PSOE en el comité Federal sólo se podía salir a criticar a la Ejecutiva y estaba prohibido elogiarla. Y ahora un connotado dirigente califica de impecable una gestión que –para empezar- ha eliminado todos los escalones intermedios y ha dejado a la organización en los huesos, pues sólo existen el líder y las bases. En fin, que quien se atreva a criticar el camino político lleno de vueltas y revueltas que ha impuesto Pedro Sánchez al Partido no es que no salga en la foto, es que desaparece de la vida política.

Puig también recordó a los allí presentes que fue Zapatero quien compuso el primer Gobierno paritario de la historia de España, pero es que Pedro Sánchez nombró al gobierno "más paritario de la historia" (¿Mundial?).

O sea, que el PSOE se deja invadir plácidamente por movimientos identitarios como son el nuevo feminismo y el ecologismo. Ya no es socialismo, es puro sanchismo. Es una veleta que cambia de dirección y sentido según sopla el viento.

"Avanzamos en ciencia y salud", "en derechos y libertades", "en políticas de juventud". Lo que allí no se trató son temas, al parecer, tabú, pero que son los que preocupan a los españoles. Por ejemplo, el Plan Presupuestario 2022 enviado a Bruselas prevé que España saldrá de la pandemia con un déficit estructural gigantesco, por encima del 4% del PIB. Es un déficit ajeno al ciclo económico y estará alrededor de los 50.000 millones de euros. Se prevé que en 2022 no sólo no bajará sino que subirá desde el 3,8% de este año al 4,7%.

Quien sí lo recordó fue Felipe González:

"La respuesta al neoliberalismo yo os ruego, compañeros y compañeras, que no sea el neopobrismo. Frente al neoliberalismo, un sistema social y económico eficiente".

Y lo dijo mirando al presidente y al resto de ministros en primera fila. Estas palabras no fueron aplaudidas ni por Sánchez, ni por Zapatero ni por el resto de asistentes. Sólo silencio.

Como ha escrito Carlos Segovia, "si el Gobierno pierde la carrera mundial por atraer la inversión tras la pandemia y no logra generar crecimiento, más difícil será tapar el déficit y reducir el paro".

Pero nada de eso preocupa a Pedro Sánchez ni a los enemigos de España y su Constitución, con los que ha compuesto su Gobierno Frankenstein, tal como lo denominó Alfredo Pérez Rubalcaba, tan exhibido en este congreso de aplausos y sin discusiones sobre los graves problemas que tiene hoy España.

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