La cuantía de las nuevas pensiones equivale ya al 76% del salario medio en España. El constante crecimiento de ese porcentaje es fruto de la evolución, por completo dispar, de ambas remuneraciones.
Por un lado, las personas que se jubilan lo hacen con ingresos mayores en sus últimos años de carrera laboral, y con vidas activas más largas que en el pasado. Por el contrario el sueldo medio, tras las fuertes crisis sufridas por el mercado de trabajo, lleva varios años disminuyendo. El problema estriba en que la futura reforma de la Seguridad Social cierra los ojos a esa realidad e incluso la agravará.
El regreso de las revalorizaciones anuales ligadas al IPC para las pensiones ampliará la brecha entre esas prestaciones y los salarios, y el desequilibrio financiero que conlleva.