El BCE levantará el 30 de septiembre el veto al reparto de dividendos para los bancos de la eurozona que impuso al inicio de la crisis. Ante esta perspectiva, resulta lógico que las entidades financieras nacionales se hayan lanzado a la carrera de recuperar su atractivo para los inversores por la vía de las retribuciones a los accionistas.
Con ese objetivo, Santander, CaixaBank, Bankinter y Unicaja destinarán el 50% de su beneficio de este año a premiar a los accionistas. Sabadell, por su parte, se queda en el 30%, mientras que BBVA ha fijado un payout del 40% a lo que habría que sumar la recompra de acciones del 10%. Todos estos movimientos llevarán a la gran banca nacional a ofrecer una rentabilidad por dividendo en torno al 7%. Este incremento de la política retributiva de las entidades tiene bases sólidas. Así lo indican los excelentes resultados del sector en el semestre, con ganancias de más de 11.000 millones frente a pérdidas de 12.000 millones en 2020, y el buen comportamiento que muestran ámbitos de su negocio, como el hipotecario (alza del 35% en el último año). Además, el financiero es uno de los sectores que se benefician de contextos como el actual caracterizados por la alta inflación. Es cierto que hay asignaturas pendientes que exigirán más esfuerzos de las entidades ante el claro riesgo que supone un posible avance de los impagos, como advierte el Banco de España.
Los buenos resultados permiten a las entidades elevar su atractivo por dividendos con rentabilidades superiores al 7%
El sector tampoco pueden obviar los resultados de los recientes test de estrés que si bien han superado con buena nota también muestran una pérdida de posiciones en el ranking europeo de entidades más solventes. No obstante, y con las debidas cautelas, sí que puede afirmarse que la banca está en condiciones de ser de nuevo una buena opción para el inversor.
