
A medida que el mundo se centra en la sostenibilidad, los hedge funds tienen un papel vital que desempeñar. De hecho, puede decirse que los hedge funds están al menos tan bien situados como los fondos convencionales para aprovechar los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).
Efectivamente, muchos escándalos corporativos las últimas décadas podían no haber salido a la luz si no hubiera sido por estos fondos. Así, detectaron por primera vez problemas del gigante de la energía Enron, persiguieron el presunto dolo en la fintech Wirecard y descubierto fraude contable en Steinhoff. Es cierto que sus gestores ganaron dinero con sus posiciones cortas, pero también presionaron a las empresas y llevaron los problemas al público, generando el endurecimiento de leyes y regulaciones.
Han funcionado en cuanto a gobierno corporativo y pueden funcionar bien en asuntos ambientales y sociales. Hay que tener en cuenta que tienen capacidad para tomar posiciones al alza y a la baja (cortas). De hecho, una posición corta en una acción puede tener más probabilidades generar cambios en las prácticas ASG que infra ponderar o excluir.
Más aún, a medida que la inversión sostenible crece, se va a generar una rica cantidad de oportunidades de inversión para los hedge funds. En Europa, por ejemplo, el plan de recuperación de la pandemia de la UE puede influir en todas las industrias, con una cantidad de capital inimaginable dirigido a energías renovables, infraestructuras sostenibles y otras iniciativas ecológicas. Al respecto los hedge funds, que actualmente agregan datos alternativos, están equipados para descubrir empresas en progreso y que rindan cuentas las que no están a la altura de sus promesas, las que pueden ser culpables de "eco lavado " o las que se están quedando atrás en cuestiones ambientales y sociales.
Puede ser el caso de una estrategia de inversión neutral respecto a variaciones del mercado, en la que la sostenibilidad se considera fuente potencial de rentabilidad, junto con otros "catalizadores", como reestructuraciones, fusiones y adquisiciones. Al respecto, algunas compañías petroleras europeas están mucho más avanzadas respecto a una economía baja en carbono, con planes ambiciosos para continuar por ese camino. Ello puede crear oportunidades para posiciones de valor relativo. También puede ser el caso de una estrategia que se centra en descubrir "banderas rojas" en gobernanza. Nuestra experiencia sugiere que la salida del director financiero, cambio de auditor o de políticas de transparencia, son señales de advertencia en ciertas industrias. Ahora, bien, cuando aparecen estas señales, es vital el diálogo con la correspondiente empresa.
Incluso puede tratarse de una estrategia de inversión que toma posiciones al alza y a la baja evaluando las empresas exclusivamente de acuerdo a credenciales ASG. En primer lugar, puede analizar si "hacen lo correcto", con análisis de características ASG y además si "hacen las cosas bien" –huella ASG de sus productos y servicios-. Implica examinar calificaciones ASG de varios proveedores y datos alternativos en redes sociales u otras fuentes. También requiere análisis cualitativo propio, pues las calificaciones de proveedores no siempre son coincidentes, son limitadas de alcance y tienden a mirar hacia atrás.
Por ejemplo, la empresa de citas en línea Match Group ha tenido históricamente malas calificaciones ASG por su compleja estructura de propiedad, en la que Barry Diller ha tenido control mayoritario a través de su compañía InterActiveCorp. Pero la compañía se ha escindido recientemente y está tomando medidas para convertirse en un negocio independiente con mejor gobernanza y transparencia.
Incluso es posible aprovechar tendencias ambientales y sociales a largo plazo, como el cambio hacia un sistema alimentario más sostenible. Así, una empresa de cereales puede tener altas puntuaciones ASG a pesar de que sigue produciendo alimentos azucarados y poco saludables, comercializados a niños en envases de plástico. En este caso, cabe una posición a la baja, pero al alza en otra empresa que produce alimentos saludables en envases reciclables que generan 47% menos residuos. Otro ejemplo de oportunidad puede ser el de una empresa de cosmética, cuyos productos son cien por cien veganos. El caso viene respaldado por las tendencias de consumo en encuestas Nielsen, menciones web y actividad de marca. Los reguladores están siguiendo su ejemplo y California ha aprobado la Ley de Cosméticos Libres de Tóxicos. Incluso estamos en conversaciones sobre su política de compensación y cómo puede mejorar la gobernanza. Las oportunidades también pueden referirse a empresas que facilitan una sociedad sin efectivo, lo que reduce el margen para lavado de dinero y elusión fiscal, así como nuevas iniciativas fintech que democratizan los préstamos. También puede ser el caso de empresas con modelo de suscripción de pago, como Spotify o Apple, que tienden a centrarse más en el bienestar y satisfacción del cliente que las que dependen de los ingresos publicitarios.