Opinión

Oportunidades y retos del coche conectado para el sector asegurador

  • Se abre todo un abanico de posibilidades para brindar más servicios a los clientes
  • Existe un amplio campo para las alianzas entre aseguradoras, empresas telemáticas y de automoción
El futuro de la automoción pasa por la conducción autónoma.

El sector de la automoción vive una nueva -y disruptiva- revolución industrial, motivada por los cambios en el paradigma de la movilidad, la aplicación del Internet de las Cosas (IoT) y la conectividad. Un camino para el que no hay vuelta atrás. En este sentido, desde 2018 es obligatorio que todos los coches fabricados en la Unión Europea incorporen un sistema de llamada automática al servicio de emergencias, llamado eCall.

Este sistema pone de manifiesto una de las grandes ventajas de la conectividad al volante: la seguridad. El eCall puede reducir de manera significativa el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia porque el vehículo contacta directamente con estos en caso de colisión. Además, les facilita la localización exacta donde se ha producido el accidente e información adicional sobre el mismo. Una cuestión esencial en aquellos accidentes en los que el conductor y el resto de los ocupantes quedan inconscientes, pero no la única.

También el coche conectado aumenta la seguridad y la protección de los conductores con el servicio de asistencia en viaje inmediata, conocido como bCall. Esta funcionalidad permite resolver ágilmente, con la ayuda de un operador, las dudas que se tengan en la carretera, pero además el conductor puede solicitar una grúa de una forma más rápida y precisa de lo que se hace en la actualidad, ya que con sólo pulsar un botón el servicio de grúa recibe la ubicación exacta donde se encuentra el vehículo al que debe de auxiliar.

Pero hay otras ventajas que nos brindando el coche conectado. El propio conductor puede saber dónde ha dejado aparcado su vehículo buscándolo en una app instalada en su teléfono móvil o recibir alertas de tráfico y avisos automáticos por exceso de velocidad.

De esta forma, resultan evidentes los rasgos positivos que la conectividad proporciona en materia de seguridad y prevención de los usuarios. Precisamente, estos dos aspectos confieren al coche conectado una relevancia significativa para la industria aseguradora al reducir el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia o aminorar los accidentes. Por otro lado, como indicaba anteriormente, el coche conectado mejora la experiencia de los conductores del vehículo desarrollando innovaciones que se ajustan a sus necesidades y preferencias.

Esto multiplica significativamente las opciones de personalización de los productos y servicios aseguradores. Y si las oportunidades para el sector asegurador resultan evidentes, también lo son los retos a los que tendremos que hacer frente. Así, con el uso de estos dispositivos las compañías debemos garantizar a los usuarios el correcto tratamiento del gran volumen de datos generados, la privacidad de toda esa información y la propia seguridad del coche conectado para evitar posibles hackeos.

De este modo, tanto el sector asegurador como las empresas telemáticas y de automoción tendremos la necesidad de crear alianzas y de llegar a un acuerdo global para ofrecer a los usuarios los mejores servicios posibles. Sin duda, un objetivo que desde todos los puntos de vista se antoja fundamental para lograr la máxima satisfacción del cliente.

Por tanto, y llegados a este punto, es evidente que el ecosistema digital en el que se moverán los nuevos automóviles con una amplia variedad de dispositivos tecnológicos implicará, a su vez, el desarrollo de nuevas soluciones aseguradoras para protegerlos. Se abre, de esta forma, un abanico de posibilidades aseguradoras a medio y largo plazo que, sin lugar a dudas, nos proyectará para dar más valor añadido a los clientes.

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