Opinión

Sin liquidez no hay futuro para las empresas

Las ayudas, una buena medida ante la falta de liquidez en las empresas

Si tuviera que resumir en una sola palabra sobre los efectos negativos que en la economía está produciendo la crisis sanitaria sería "iliquidez". Evidentemente, los problemas que se están originando son múltiples: laborales, fiscales, facturación, cobros a proveedores, financiación bancaria, ICOs… pero al final, sin liquidez no habrá futuro para la compañía. Ya hemos leído declaraciones de la ministra Calviño acerca de su preocupación de que los problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia, algo que venimos diciendo los Gestores Administrativos desde hace meses. Aun con tanto retardo, nos congratula que ya lo tenga claro.

Pero antes de entrar de lleno en el problema de la liquidez, permitidme hacer una reflexión, producto de la lectura de noticias en los distintos medios de comunicación. Todos los días nos desayunamos con noticias contradictorias, con propuestas que unas veces tratan de facilitar la situación y otras endurecen las condiciones. Leemos ahora que el Banco de España ha publicado para consultas una circular sobre "el colchón anti cíclico" y las limitaciones para dar financiación en función de la situación de los diferentes sectores. Lo que podría ser algo positivo para que la crisis de un sector no arrastre a las entidades financieras puede suponer el "cierre del grifo" a los sectores más afectados por la crisis, que cuando ésta se levante volverán a ser rentables, pero que como consecuencia de los problemas de liquidez dejarán muchas empresas por el camino. En definitiva, la información que se recoge por los medios proveniente de unos y otros está agravando la situación al crear enorme confusión.

Es una buena noticia que ahora se vayan a dar ayudas a pymes y autónomos

Recientemente, transmitimos a nuestra sociedad 25 grupos de propuestas destinadas a colaborar a superar una crisis que se vislumbra profunda y de larga duración. Convencidos de que se puede mitigar considerablemente, las medidas propuestas están encaminadas a disminuir la incertidumbre, facilitar la liquidez y, al final, salvar al mayor número de empresas que en una situación normal de mercado serían viables.

Desde el minuto uno, hemos escuchado a nuestros gobernantes que no se va a dejar a nadie atrás. Y yo me lo quiero creer. Pero mucho me temo que, en el caso de no reforzar determinadas medidas, muchas empresas que serían viables van a morir antes de llegar a la orilla. Me preocupa que un sector tan tocado como el turístico vea cerrada la vía de financiación privada como consecuencia de la normativa del Banco de España, y que empresas viables en el futuro mueran ahora por falta de liquidez.

Es preocupante que empresas que serán viables en el futuro mueran ahora por falta de tesorería

Pero igualmente me preocupa que el incremento de financiación que han asumido gran parte de empresas para afrontar los pagos derivados de su actividad (aun cuando esta no exista) que no se han podido financiar con ventas. La bola se está haciendo tan grande que a muchos negocios se le va a atragantar. Incluso cuando la actividad se recupere y vuelvan a una situación normal, no podrán afrontar los compromisos que han tenido que adquirir. Y eso sin contar que los resultados negativos de 2020 serán causa de disolución para gran número de empresas, por reducir, si no anular, los recursos propios de éstas.

Mientras escribo estas líneas leo que se está analizando condonar deuda, o conceder una amplia extensión de los créditos avalados, y que se quieren dar ayudas directas a pymes y autónomos. Resulta una gran noticia. Soy consciente de la dificultad de identificar las empresas viables, pues seguir sosteniendo a las inviables supone disparar los costes de las cuentas públicas. A pesar de ello, le pido al Gobierno que sea rápido, muy rápido, y que actúe de forma coordinada con otros organismos necesarios para que las medidas sean efectivas. No espero que, por razones de urgencia, se cuente con todos los que conocemos los problemas de los negocios. Pero no tendría sentido procurar financiación o condonación de esta y que el Banco de España, en paralelo, endurezca las medidas de cobertura para determinados sectores.

Y, por último, déjenme hacer una pequeña reflexión más: en esto no tenemos que ser creativos (sin ánimo de molestar, pero hay que recordar las vacaciones obligatorias retribuidas recuperables), hagamos lo que ya hacen desde hace meses nuestros vecinos.

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