
El Congreso dio ayer luz verde a las propuestas del Pacto de Toledo que cimentarán la futura reforma de las pensiones. Sin duda, debe valorarse el logro que supone poner fin a cuatro años de negociaciones contando con un amplio consenso entre las formaciones políticas, de hecho, solamente la CUP votó en contra de las propuestas.
Reconocer ese hito no equivale, sin embargo, a cerrar los ojos a las grandes cuestiones que se plantean en el inmediato futuro. Está por verse cómo se financiará la revalorización, ahora blindada por ley, de las pensiones por el IPC. Especialmente considerando que el acuerdo evita pronunciarse sobre el futuro del Factor de Sostenibilidad, el principal mecanismo para racionalizar el gasto en estas prestaciones.