
Septiembre entra en su recta final y ya se descarta que el Gobierno sea capaz de cumplir con los plazos que la Constitución marca para presentar unos nuevos Presupuestos.
Las Cuentas deberían llegar al Congreso antes del día 30 de este mes, pero el Ejecutivo ni siquiera cuenta con los pilares imprescindibles (la senda de déficit y el techo de gasto) sobre los que construir el proyecto de Ley. Así lo confirma Ciudadanos, el partido con el que el PSOE quiere llegar a un acuerdo para que brinde su apoyo a los Presupuestos en el Congreso. Precisamente, ese acercamiento al partido naranja es el último motivo de fragmentación en el Ejecutivo. Podemos se opone a toda concesión a la formación de Inés Arrimadas. En paralelo, no tiene reparos en buscar el apoyo del independentismo catalán y vasco, mientras se afana por incluir en las Cuentas una subida de impuestos a las rentas altas, totalmente contraproducente en el contexto actual de crisis. La inestabilidad intrínseca del presente Gobierno de coalición vuelve a así a aflorar. Sus muy negativos efectos ya fueron clamorosos durante el pasado estado de alarma y la desescalada, y ahora amenazan con nuevos daños. No sería la primera vez que resulta imposible contar en enero con unos nuevos Presupuestos (ocurrió en el ejercicio 2015-2016). Sin embargo, en 2021 el perjuicio que implicará esa situación es mayor, ya que obliga a seguir prorrogando unas Cuentas totalmente desfasadas (ya que entraron en vigor en 2018) en medio de una recesión histórica.
La aprobación de las nuevas Cuentas es una condición 'sine qua non' para optar a las ayudas europeas contra la crisis
Pero, además, a todo ello se sumará un lastre? de mayor tamaño. Hasta que no tenga un Presupuesto aprobado, España no podrá entrar en el reparto de las ayudas europeas contra la crisis, vitales para su economía.