
El cierre es la única salida que Alcoa acepta para su planta de San Ciprian. La multinacional ignora así las propuestas de sindicatos y Gobierno para que venda la fábrica, una solución que sí aceptó en otros casos semejantes.
Alcoa no está ahora en peor situación. Los resultados del segundo trimestre mostrarán que, pese a la crisis, sus pérdidas no superarán los 180 millones y serán muy inferiores a los 924 millones de 2019. Todo apunta a que San Ciprian es un peón en la estrategia de la firma para contribuir a reducir el exceso de producción de aluminio. Lograría de ese modo subir los precios de este material, pese a la menor demanda actual de los sectores de la construcción y el automóvil. Resulta indudable que, en este conflicto, Alcoa se guía sólo por motivos especulativos..