PSOE y Podemos aparentaron una moderación en su política tributaria durante la Comisión de Reconstrucción, con decisiones como aparcar la tasa Covid contra las rentas altas.
Sin embargo, ha quedado claro que todo respondía a una maniobra para atraer el apoyo del PP. Cuando esto se reveló imposible el Gobierno dio un volantazo que le lleva a defender otra vez las subidas inminentes de IRPF y Sociedades, sin prever ningún recorte del gasto improductivo (cifrado en 6.500 millones anuales por el Círculo de Empresarios sólo en el ámbito laboral). El Ejecutivo no sólo se sitúa así en la oposición opuesta al Banco de España o a las patronales (que ayer volvieron a rechazar las alzas de impuestos). Además, resta toda fiablidad a su política fiscal.
