El dispar comportamiento de las bolsas italiana y española es una constante en la crisis. El mercado transalpino, pese a la intensidad de la epidemia en ese país, siempre mostró mejor comportamiento.
Así, ocurre aún pese al rebote generalizado en renta variable. No basta con apelar a la gran bancarización que caracteriza al Ibex. El Mib acumula siete entidades financieras entre sus integrantes. Todo apunta a un factor más profundo en el ánimo de los inversores. Aun cuando arrastra también graves desequilibrios, como la alta deuda, Roma está dando pasos mucho más decididos en su reactivación, mientras España cuenta con menos estímulos, un Gobierno dividido y carece de un plan económico claro. Resurge así la desconfianza de los mercados internacionales.