
En estos tiempos difíciles, lo más probable es que su última compra no se haya pagado con efectivo. Los minoristas de todo el mundo están optando por no aceptar pagos en efectivo para minimizar el número de superficies de contacto entre el personal y los consumidores. Algunos bancos centrales están aumentando los límites de pago con tarjeta contactless y otros simplemente están desinfectando los billetes.
Esta situación no es una buena noticia para los pagos en efectivo. A pesar de la evidencia científica que sugiere que no es probable que los billetes transmitan el virus más que un tpv o una pantalla de auto-registro, el consejo del gobierno no puede compensar la emoción humana más fuerte, el miedo. En un mundo donde el movimiento está restringido y los paquetes y las manos están desinfectadas, ¿por qué arriesgarse con otra posible superficie de transmisión?
Consideramos que este cambio hacia los pagos contactless (tanto con tarjetas como con teléfonos móviles) es un incremento de la tendencia ya en curso de alejarse de los pagos en efectivo. Es probable que el cambio más importante sea pasar directamente del dinero en efectivo a estas nuevas formas de pago, abandonando los pagos con tarjeta con firmas y números de identificación personal (PIN). En cualquier caso, la proporción de transacciones que impliquen dinero en efectivo debería disminuir todavía más rápido.
El dinero físico hace perder recursos económicos al dar pie a actividades ilícitas
Por el contrario, esta es una buena noticia para la economía global. Como hemos mencionado anteriormente, el dinero en efectivo crea una serie de fricciones adicionales en la economía que hacen perder tiempo, dinero y permiten actividades ilícitas. Si bien hay una serie de retos que superar -como proporcionar medios de pago a quienes no tienen acceso a los pagos digitales y las preocupaciones por la privacidad-, el distanciamiento del dinero en efectivo podría ayudar a la economía mundial a funcionar más eficientemente en el futuro.
Algunos países son líderes. Se atribuye a la dependencia de los pagos por teléfono móvil en China Continental el haber contribuido a limitar la difusión de COVID-19, mientras que en Europa Septentrional, en particular en Suecia, donde se utiliza comúnmente la aplicación Swish, los pagos en efectivo siguen disminuyendo. En todo el mundo emergente y en algunas partes del mundo desarrollado que han tardado más en alejarse del dinero en efectivo (en particular el Japón, Italia y Alemania), esta conmoción en la percepción pública del dinero en efectivo podría acelerar el movimiento en la misma dirección.
Y todo esto reavivará las discusiones sobre el papel de los bancos centrales en los pagos. Esperamos que las monedas digitales de los bancos centrales se conviertan en una parte aún más importante de la discusión una vez que este período de incertidumbre haya quedado atrás.
Es improbable que el efectivo desaparezca por completo para siempre, pero en un mundo en el que el contacto humano se reduce al mínimo, la demanda de la alternativa está aumentando, y puede que no miremos atrás.