
Las pensiones se incluyen en el plan de reformas que el Gobierno remitirá a la UE para acceder a las ayudas europeas contra la epidemia. El Ejecutivo se afana en quitar relevancia a ese propósito, argumentando que no define medidas concretas.
Sin embargo, no hacen falta muchos detalles ya que las demandas de Bruselas están claras desde hace años. El camino lo marca la racionalización del gasto, con medidas como computar toda la vida laboral en el cálculo de la pensión. La crisis sólo hace más necesarios esos pasos, al agravar el déficit de la Seguridad Social. De nada sirve negar la realidad. Muy al contrario, el Gobierno debe vencer la previsible resistencia de Podemos y, como promete a Bruselas, plantear abiertamente esta reforma en el Pacto de Toledo.