
elEconomista cede la palabra a las grandes patronales españolas para que den conocer sus propuestas ante la crisis sin precedentes que atraviesa la economía. Es ya ineludible que empresarios y expertos rompan el silencio que les impone su nulo protagonismo en la recién inaugurada Comisión de Reconstrucción, en la que ni siquiera como comparecientes invitados tienen peso específico.
Sólo de este modo, se constatará el clamor unánime del mundo económico en pro de una batería de rebajas de impuestos en todos los frentes, desde los tributos exclusivos del Estado, como Sociedades, hasta el IBI municipal. Urge prestar atención a este llamamiento precisamente ahora, cuando el Gobierno se lanza por la vía opuesta. La lectura del nuevo Plan de Estabilidad ya delató la relevancia que cobraban las alzas de impuestos. Es más, Podemos se sirve sin escrúpulo de la Comisión parlamentaria para brindar legitimidad a su tasa para la reconstrucción y subir el IRPF y Sociedades. Nada justifica ahora las alzas fiscales, mucho menos la reducción del déficit y la deuda. Es imposible bajar esos desequilibrios asfixiando más a la economía, mientras se blinda el gasto público no productivo. Muy al contrario, ante una crisis que mina por igual el consumo de los hogares y la actividad industrial y de servicios resulta ineludible aligerar al conjunto del tejido económico de las cargas fiscales que soporta. No basta con diferirlas en el tiempo como hasta ahora se hizo.
Una crisis que mina por igual el consumo y la actividad de las empresas solo se superará rebajando las cargas fiscales
El acotado alcance de las ayudas europeas, y las previsibles limitaciones que sufrirán los estímulos del BCE, reafirman la convicción de que sólo hay un camino fiable para evitar el abismo que amenaza a nuestro país: reactivar la economía con una rebaja decidida y generalizada de impuestos.