Opinión

Prepare su cartera para la recuperación

Es momento de prepararse de cara a la futura recuperación bursátil

¿Y ahora, qué? Esta es la pregunta del millón tras un desplome en tiempo récord, pasando de máximos a cotas de mercado bajista. A pesar del rebote que empezó en marzo, el miedo continúa reinando en los parqués mundiales. Los indicadores de la economía mundial son nefastos. Muchos temen una segunda oleada del virus y sus eventuales consecuencias en forma de otro batacazo, todavía más brusco. Aún así, no lo olvide: los mercados alcistas siempre suceden a los mercados bajistas y estos se desarrollan más rápidamente y con más fuerza de lo que la mayoría espera, incluso cuando la economía se debilita a pasos agigantados. Sus futuros beneficios dependen en gran medida de la posición que adopte hoy. Para abordar esta cuestión, analizaremos dos escenarios que dependen de un único factor: la duración de la contracción económica. Probablemente esta sea la variable que determinará los valores que liderarán la recuperación.

Los descensos del mercado se manifiestan de dos maneras: en forma de correcciones o de mercados bajistas. Las correcciones son bajadas rápidas, superiores al 10 %, y provocadas por un cambio en el sentimiento inversor. Los valores remontan tan rápido como caen, incluso antes de que remita el miedo. Esto fue lo que pasó a finales de 2018 a la renta variable española e internacional a raíz de las dudas suscitadas por la guerra comercial, las cuales consiguieron enfriar los ánimos de los inversores.

Hay que centrarse en valores grandes, de alta calidad, en crecimiento y con amplios márgenes

Los mercados bajistas, por su parte, suelen desatar una caída superior al 20% basada en factores fundamentales que pueden identificarse. Comienzan tímidamente, avanzando a medida que se va descontando el deterioro económico aumentan las probabilidades de recesión. Persisten durante mucho más tiempo que las correcciones, y no es hasta una fase avanzada que se aceleran. El Ibex 35 cedió un 20% a principios de la última década en plena crisis y mercado bajista en Europa. El último a escala planetaria, que se ajusta perfectamente a esta pauta, coincidió con la crisis financiera de 2007 a 2009.

La caída actual es atípica: en términos de magnitud, es un mercado bajista y, además, su causa estriba en indicadores fundamentales como son las repercusiones económicas de la reacción mundial a la pandemia del coronavirus, que, pese a su noble propósito, inhiben la actividad económica. Pero hasta ahora, con todo, ha evolucionado como una corrección enorme; su impacto fue tan repentino que los parqués pasaron de máximos históricos a territorio bajista en cuestión de días, a una velocidad récord. Asimismo, golpeó una economía mundial que entonces se mostraba firme.

Las diferencias entre estos fenómenos puede parecer banal, pero no lo es: las empresas que despuntan tras las correcciones no suelen ser las mismas que lo hacen después de los mercados bajistas. Tras las correcciones, la economía apenas cambia: los sectores que lideraban la tendencia alcista son los primeros en retomarlas. Por ejemplo, en 2018, los valores de gran capitalización, de alta calidad y con características de crecimiento reinaron antes y después de la corrección. Si la actual "hibernación" de la actividad empresarial resulta ser relativamente efímera, prevemos que tenga el mismo final. Si desea prepararse para la recuperación, céntrese en estos valores de gran capitalización, de alta calidad y con características de crecimiento, con unos amplios márgenes de beneficios. En los servicios de comunicaciones, la atención recae en las tecnológicas y en los medios de comunicación de Internet; Escoja empresas con alto crecimiento del sector sanitario, como productores de equipamiento médico; y en bienes de consumo discrecional, especialmente en artículos de lujo. Probablemente las empresas con una capitalización más pequeña y más vulnerables al ciclo (industriales, de materiales, financieras) tengan un peor desempeño en comparación con el resto del mercado.

España presenta un sesgo hacia lo pequeño: la capitalización bursátil de Iberdrola, la de mayor cotización, es de 56 200 millones de euros, insignificante frente a Microsoft que, con 1,19 billones de euros, es la más importante de EEUU. En esta coyuntura le conviene abrirse al mundo: busque las grandes tecnológicas en EEUU, Alemania y Holanda; las compañías de atención sanitaria las encontrará también en EEUU; y las del lujo, en Francia.

Si la recesión se dilatara, inclínese por la pequeña capitalización: tras los mercados bajistas tradicionales, normalmente las acciones de capitalización más pequeña, de menor calidad y con características de valor, las cuales son sensibles a la economía, lideran los mercados. Suelen sufrir el varapalo más severo en estos ciclos bursátiles, al dispararse el miedo a las quiebras. Sin embargo, repuntan a medida que los mercados anticipan una realidad menos aciaga de lo previsto. Esto le ocurrió al Ibex cuando arrancó el último mercado alcista internacional, disparándose un 84,1% desde el mínimo de marzo de 2009 hasta el final de ese año y batiendo al conjunto del mercado mundial en un 52,3%. España sigue ofreciendo muchos valores con estas características, sobre todo en el sector industrial y financiero. En Europa también los hay a montones. Si la suspensión de las actividades se prolonga hasta el verano, cuente con un repunte de estos valores en cuanto empiece la recuperación.

En todo caso, evite los valores de eléctricas y las telecos tradicionales, dado que dejan que desear en los mercados alcistas, especialmente en sus fases iniciales. Debido a su elevado apalancamiento, les favorece la caída de los tipos de interés, conque los niveles históricamente bajos de estos y los generosos planes de expansión cuantitativa de los bancos centrales ya se han descontado en sus cotizaciones.

Hasta ahora, el mercado bajista se ha comportado más como una corrección. En 2020, las acciones de gran capitalización, de alta calidad y con características de crecimiento se sitúan mundialmente muy por delante de las acciones de valor y con una capitalización más pequeña porque resistieron mejor a la caída.

También lideraron la mayor parte del repunte desde finales de marzo, llegando incluso a revalorizarse ligeramente en los últimos días de abril. Es un período demasiado breve como para ser relevante. Por ahora, la tendencia general favorece la selección de valores de calidad y de crecimiento, pero eso podría cambiar.

La coyuntura global es dura para todos y cualquiera que se haya visto afectado merece nuestra compasión. La depresión bursátil terminará, y lo hará mucho antes de que se vislumbre una mejora económica: prepárese hoy para la recuperación.

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