
Decía Confucio que "antes de embarcarte en un viaje de venganza cava dos tumbas". Y Pablo Casado en su culebrón de venganza en el PP vasco ya ha llenado una con el cadáver político de Alfonso Alonso. La segunda está aun vacía, aunque muchos desde dentro del Grupo Parlamentario y en la sede nacional de Génova no descartan que el inquilino de la fosa sea el propio secretario general, si no el partido entero, en una operación boomerang que se puede volver contra el propio lanzador.
En círculos próximo al entorno de la dirección popular confirman que el cese como candidato del presidente de los populares vascos ha sido una y "una patada a Feijóo en el culo de Alonso", además de una venganza por su postura crítica con la cúpula de Génova y su adscripción al sorayismo.
La jugada, aseguran, forma parte de la estrategia del tándem Casado-García Egea para absorber a Ciudadanos y "como no ha podido doblegar al presidente de la Xunta para que aceptara la coalición con el partido naranja han aprovechado las negociaciones con Arrimadas para cobrarse la cabeza de un Alonso, aliado del presidente gallego pero más débil en carisma y apoyos dentro y fuera del partido".
Un mal resultado en Euskadi podría suponer el principio del fin del propio Casado
Esas mismas voces populares afirman también que Casado ya habría comunicado a Alonso que no sería candidato hace tres semanas y, como compensación, le ofreció un puesto en la comunidad autónoma de Madrid. En ese momento no se anunció la decisión porque María San Gil, que era la propuesta de Aznar, no aceptó ser el relevo del todavía presidente del partido en el País Vasco. Y sólo se decide hacer publico el cese en diferido una vez que el expresidente Aznar habla con Carlos Iturgaiz y consigue que acepte ser el candidato.
"A Iturgaiz le ha rehabilitado Aznar que es quien realmente manda", añaden, y recuerdan que quien fuera responsable del PP vasco en los momentos más duros de la lucha contra ETA y europarlamentario, apostó claramente por Soraya Sáenz de Santamaría en la sucesión de Rajoy. Motivo este por el que Casado le impidió repetir en la lista al Parlamento Europeo de mayo de 2019.
El desarrollo del culebrón y el desenlace ratifica que las heridas en el Partido Popular no se han cerrado y la duda que se plantea ahora, tanto entre los críticos como entre los fieles a Casado es ¿qué ocurrirá si el próximo 5 de abril Feijóo gana en Galicia con una campaña personal y al margen de Génova y el PP se estrella en el País Vasco, sin Alonso y con la cita pendiente en Cataluña?
Un escenario muy probable porque las encuestas en Galicia revalidan la mayoría absoluta de Núñez Feijóo o le colocan al borde de la misma; mientras que el Euskopanel del pasado 22 de febrero avanza que la unión PP y Ciudadanos empeoraría sus resultados y sólo conseguiría 7 escaños, dos menos de los que tiene hoy, mientras que Vox está al borde del escaño en Álava.
Un Euskopanel que confirma que el PNV sigue en alza a pesar de la gestión del gobierno vasco del vertedero de Zaldibar y obtendría 28 escaños, seguido de EH Bildu con 19 escaños, el PSE con 13, además de los ocho que le da a Podemos.
Si este escenario se confirma nadie duda ya en el PP que Casado lo va a tener muy complicado y que podría haber cavado su propia tumba política y la del partido, esa que todavía sigue esperando inquilino en el País Vasco.