
Entidades financieras, como Deutsche, JP Morgan y March, reducen el 40% sus sicavs desde 2015. La caída responde a los planes del Gobierno de perseguir fiscalmente a estas sociedades bajo argumentos falaces como el que asegura que son vehículos sólo para los llamados ricos.
La realidad es que existen más de 400.000 particulares con presencia en sicavs, lo que demuestra que muchos ahorradores ven en este producto una opción legítima para obtener rentabilidad. También es falso considerar que las sicav están privilegiadas fiscalmente, ya que su gravamen del 1% (hasta que se venden las participaciones) es igual al que rige en los fondos de inversión. No hay base, por tanto, para para una demonización que solo está guiada por motivos ideológicos.