Opinión

Planes de pensiones, los grandes olvidadas

El ahorro privado, clave para la jubilación

Estamos preocupados por la pensión pública que vamos a tener cuando nos jubilemos, no es ninguna novedad. Según el Informe de Pensiones de ING de 2019 en el que se analizan las tendencias de los españoles ante la jubilación, un 80% cree que no podrá mantener su actual nivel de vida cuando llegue el momento de su retiro. Y con razón. El aumento de la longevidad y la falta de natalidad está invirtiendo la pirámide poblacional. Y esto provoca que los pocos ciudadanos que queden en la base no van a poder mantener la masa ingente de pensionistas.

En este contexto cabría esperar que cada vez fueran más los que se preocupan y ocupan de poner un remedio; pero lejos de eso, los planes de pensiones, el producto por excelencia para ahorrar de cara a la jubilación, llevan 10 años perdiendo partícipes. Si estamos preocupados, ¿por qué no planificamos nuestra jubilación?

El paradigma del ahorro sin riesgo ya no existe por el efecto de la inflación

La primera razón que se esgrime es la falta de capacidad de ahorro, sin embargo, según el informe, siete de cada 10 españoles consiguen ahorrar de forma mensual. De hecho, ahorramos el 12% de los ingresos, y principalmente lo dejamos en la cuenta. Y esto se explica por la enorme aversión al riesgo que tiene el ciudadano medio, y aquí viene el primer error: en el entorno de tipos actual las cuentas y depósitos no protegen el dinero, ya que éste pierde valor por el efecto de la inflación. El paradigma del ahorro sin riesgo sencillamente ya no existe: para tener unas finanzas sanas hay que pasar a un escenario donde busquemos rentabilizar el ahorro, con instrumentos que se adapten a cómo somos y qué buscamos más allá de las cuentas y depósitos.

Por otro lado, según se desprende de la encuesta, casi una tercera parte de los españoles piensa que aún falta mucho para esos años de retiro y se considera aún demasiado joven. Este es el segundo error más importante de cara a ahorrar para la jubilación. Ahorrar desde jóvenes tiene como ventaja la posibilidad de consolidar esa hucha de forma diversificada y sin prisas de última hora, antes de que sea demasiado tarde. Siendo esto así, los españoles contratamos un plan de pensiones a los 41 años de media; sin embargo, nos arrepentimos de no haberlo hecho antes. De hecho, un dato preocupante es que hoy en día tan solo el 18% de los menores de 35 años toma medidas de cara a su jubilación, que es precisamente la franja poblacional que saldrá más perjudicada.

Se debe informar a los ciudadanos de las ventajas que implica abrir un plan de pensiones

Idealmente, el momento para empezar a prepararse es la incorporación al mercado laboral. Y al contrario de lo que piensan muchos, no hacen falta grandes cantidades. Por ejemplo, alguien que destina 100 euros€ mensuales a un plan desde los 36 años llegaría a tener ahorrado 83.138 euros en su jubilación, mientras que si empezara a los 46 años llegaría a tener 40.243.

La buena noticia es que la tercera parte de los ciudadanos ya está tomando medidas para prepararse de cara a la jubilación, aunque la forma de hacerlo es variopinta. Las cuentas bancarias y los fondos de inversión vuelven a ser los protagonistas. Destaca el he-cho de que el 19% elija la compra de inmuebles como forma de ahorrar. Y aquí viene el tercer error: no diversificamos, seguimos poniendo gran parte de nuestros ahorros en la compra de vivienda, arriesgándonos a caídas como la que sufrimos en el pasado, con devaluaciones que llegaron a ser del 50%, además de tratarse de un activo no líquido.

España cuenta con uno de los mercados financieros más avanzados de Europa, con productos especialmente destinados a la jubilación, diversificados y con la variedad necesaria para que cada ciudadano encuentre el producto que mejor se adapta a su perfil. En este contexto destacan los planes de pensiones con unas ventajas fiscales, que por cierto no conocen el 49% de los españoles. Existen en el mercado, planes basados en ciclo de vida del cliente, que adaptan su inversión dependiendo del tiempo que nos queda hasta la jubilación. Cuando aún queda mucho tiempo para la jubilación este tipo de planes pone más peso en la renta variable, ya que en el largo plazo siempre tiene más posibilidad de revalorizarse, y cuando queda menos dan más peso a la fija para proteger el capital. A la diversificación y el horizonte temporal que nos queda para jubilarnos, se suma otro factor fundamental que debemos tener en cuenta: las comisiones. Si el largo plazo juega a favor de la rentabilidad por el interés compuesto, lo mismo pasa con las comisiones: una pequeña diferencia en comisiones puede significar una gran diferencia en el futuro.

Por lo tanto, no cabe duda de que contamos con las herramientas necesarias para complementar nuestra pensión pública, pero aún sigue siendo necesario que, entre todos, entidades e instituciones públicas, informemos a los ciudadanos de las ventajas de empezar a pensar en nuestro futuro cuanto antes para no lamentarnos de todo lo que podíamos haber hecho en un pasado.

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