Opinión

Tiempo de tinieblas

El Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos aboca a una época de incertidumbre

A 24 horas de que el ya presidente Sánchez comunique oficialmente la composición de su Gobierno al Jefe del Estado, que, al igual que el ahora socio Pablo Iglesias, conocerá ya por los medios de comunicación, la primera consideración que debe hacerse es que guste o no guste, estamos ante un Gobierno legítimo y legal y al que habrá que empezar a juzgar por lo que hacen y no por lo que son, en contra de la predicción del vicepresidente in pectore.

Un Gabinete elefantiásico con cuatro vicepresidencias y 20 carteras que se estima elevará el coste de la Administración Central en al menos dos millones de euros, y que empieza su andadura en un ambiente de tinieblas internas y exteriores. Así, el conflicto bélico de EE UU con Irán complicará una situación mundial ya bastante complicada, con nuevos recortes en la producción de petróleo y su encarecimiento consiguiente, el Brexit en ciernes, una Unión Europea dividida y falta de liderazgo, y un Trump que amenaza con reforzar sus medidas proteccionistas y sus acciones belicistas para asegurar su reelección.

El Gobierno genera más incertidumbres que certezas en el empleo y la inversión

Escenario que se produce cuando España ingresa en una senda continuada y leve de destrucción de empleo, de inversión tanto nacional como extranjera y los indicadores de crecimiento, inflación, deuda, balanza de pagos, han entrado ya o están a punto de entrar en deterioro. Mientras que el desafío al Estado desde ERC y PNV imperará en esta legislatura sin disimulo.

A este contexto se une el esbozo de programa de Gobierno avanzado en ese Nuevo Acuerdo para España que firmaron los jefes de filas de los coaligados y en el propio discurso de investidura de un Sánchez que dejó serias dudas sobre sus intenciones en el terreno de la Justicia con su velada propuesta de cambio en la designación de los órganos judiciales que a muchos les sonaba como un aumento de control y politización del poder judicial, para "matar por segunda vez a Montesquieu ". Y también en el campo de la libertad de información con esa estrategia de lucha contra la desinformación que a muchos nos sonaba a la ley de prensa de Fraga en el franquismo.

Pero donde más se acrecientan las incertidumbres y las alarmas es en el campo de la economía donde, como advertía la CEOE, el documento esboza una serie de medidas de carácter económico y laboral que, "más cerca del populismo que de la ortodoxia económica, impactarán de forma muy negativa en la creación de empleo, en el futuro de las empresas y desincentivarán cualquier posibilidad de inversión en España, tanto desde dentro del país como desde el extranjero".

En la práctica, añade el comunicado de la organización empresarial, algunas de las vías de acción que se adelantan en el documento "impactarán especialmente en las pymes y entre los autónomos y pueden acabar dando como resultado un aumento de la economía sumergida y menores oportunidades de acceso al mercado laboral, los dos grandes problemas de este país".

Advertencias que hacen suyas los principales organismos internacionales, las agencias de rating y las grandes entidades financieros como Barclays, que advierte ya de que la consolidación de un nuevo Gobierno no asegura que el país se encuentre ante un escenario de estabilidad política y aluden a la división en el Congreso para poner en duda que puedan aprobarse ciertas medidas que serían beneficiosas para la economía. 

Pues eso, tiempo de tinieblas para un experimento de Gobierno que transmite más incertidumbres que certezas aunque, eso sí, con el más sincero deseo y la esperanza de que a partir de ahora sus obras, que dicen son amores, empiecen a despejar las serias dudas que han dejado sus razones.

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