Opinión

El silencio de los corderos

No se espera que nadie del PSOE eleve la voz más de lo normal a pesar del Gobierno con Podemos

Si algo dejó claro Pedro Sánchez en su mitin, que no rueda de prensa, posterior a su designación por el Rey, fue que el pacto para un Gobierno de coalición con Podemos está hecho y que el único acuerdo que le interesa para conseguir la investidura es con la Esquerra Republicana del condenado por sedición Oriol Junqueras. Una decisión que dirigentes socialistas confirman tomó de forma casi unipersonal y tras conocer la misma noche del 10-N que voces significativas del partido le exigían responsabilidades por la pérdida de votos y de escaños, además de su renuncia como candidato a la Presidencia del Gobierno.

Ni consultó a la Ejecutiva, en teoría el máximo órgano de dirección del partido, "que Sánchez ha convertido en un ente sumiso e inoperante", explican, ni tampoco a los barones regionales. Algunos se enteraron del abrazo con Pablo Iglesias casi al mismo tiempo que los medios de co-municación, y que ahora siguen en el secreto de lo que se está negociando con ERC, bajo que condiciones y a qué precio. Todos salvo Miquel Iceta, porque "en este asunto como en casi todo, el PSC manda y el PSOE obedece".

Miquel Iceta y el PSC mandan y el resto del PSOE, incluido Pedro Sánchez, obeceden

Decía Emiliano García-Page que no quería vaselina para Reyes. Pues falta le va a hacer. A él y al resto de los barones del PSOE, que en privado critican y no paran al secretario general mientras que en público solo algunos se pronuncian. Eso sí, tímidamente y sin intenciones de moverse, que es sabido y constatado que Sánchez en lo único que comulga con Alfonso Guerra, a quién detesta como al resto de la "vieja guardia", es en eso de quién se mueva no sale en la foto, y ejemplos hay de que no le ha temblado el pulso a la hora de aplicarlo a rajatabla.

Si, como todo apunta, el pacto se concreta y en los términos en que se teme, en Moncloa y en Ferraz se preparan ya para el abandono de la militancia de nombres históricos como el citado Alfonso Guerra, Joaquín Leguina, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, José Luis Corcuera, o el ex presidente del Senado Juan José Laborda. Aunque ellos "ya no cuentan para la dirección actual ni para una militancia que vota a ciegas y al dictado".

Se descarta, sin embargo, una ruptura del partido desde dentro. Un movimiento que esperaban tanto en la sede del PP como algunos altos directivos del Ibex 35, pero que tiene muy pocas posibilidades de llevarse a cabo. Por mucho que les espante ese Gobierno Frankestein que está fraguando el candidato, y especialmente la dependencia de ERC, que raya en sumisión, ni García-Page, ni Lambán, ni Fernández Vara van a moverse. En este PSOE del sanchismo, la hora de los valientes ni está ni se la espera". "Se fue con Rubalcaba y con Javier Fernández, y entre lo que queda falta la materia prima. Callan como los corderos, pese a la pérdida de crédito político y de votos que van a tener que afrontar en sus comunidades respectivas".

En Ferraz admiten que ni García Page, ni Lambán, ni Fernández Vara van a moverse. En este PSOE del sanchismo la hora de los valientes ni está ni se la espera, "se fue con Rubalcaba y con Javier Fernández"

Y tampoco hay razones fundadas para esperar un cambio de postura en esas reuniones que Sánchez ha convocado con el resto de los líderes políticos, no para consultar, sino para informarles de que les guste o no van a tener que tragar con el sapo del pacto con ERC y sus consecuencias, entre ellas la de esa reunión trampa con los presidentes de todas las comunidades autónomas que, desde fuera del PSOE, pero también desde dentro, denuncian que "no es más que un subterfugio para encubrir que se baja los pantalones y se va a citar con Torra" como le exigen, Junqueras, Rufián y los demás. Pues eso, vaselina y para todos.

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