Opinión

Los retos de un mundo dominado por los pagos digitales

La digitalización en medios de pago obliga a modernizarse al comercio

A medio plazo, la idea de una economía global sin dinero físico podría convertirse en realidad. Puede sonar a ciencia ficción, pero, según el World Payments Report 2018, se espera que las transacciones que no sean en efectivo se aceleren a una tasa global de crecimiento del 12,7 por ciento hasta el año 2021. Por ejemplo, Canadá, Suecia y Reino Unido ya están luchando por convertirse en el país que menos transacciones realizan en efectivo del mundo si tenemos en cuenta el informe de Forex Bonuses sobre las principales sociedades cashless. También debemos estar atentos a las principales metrópolis chinas, que están emergiendo como ejemplos tempranos de economías sin efectivo debido a los métodos de pago que ofrecen los pagos digitales en aplicaciones móviles como WeChat o Alipay, y a siete países del África Subsahariana, donde el 40 por ciento de la población adulta utiliza habitualmente su smartphone para gestionar sus pagos.

Para contextualizar, el Índice de Interconexión Global de Equinix predice que para el año 2020 la interconexión directa a los proveedores de servicios financieros, que realizan transacciones e intercambios de pagos de forma digital, crecerá en torno a un 38 por ciento entre las empresas y un 34 por ciento entre los proveedores de servicios debido al crecimiento del e-commerce.

Esta es la realidad: cuantas más transacciones digitales se produzcan, mayor será la cantidad de datos a transferir, recibir, analizar y gestionar. El increíble aumento del tráfico de datos producido por la adopción de pagos digitales dificulta aún más la gestión eficiente de información, su transferencia y procesamiento, así como la eliminación de los problemas de latencia ante el cliente.

Un desafío constante para las empresas de retail es el aumento del tráfico de datos durante los períodos de alta demanda, como en Navidad, los días de la Madre y del Padre y los principales eventos de venta como el Black Friday y el Cyber Monday. Por ejemplo, durante el Single's Day 2019, las ventas del gigante del comercio electrónico chino Alibaba superaron los 38.000 millones de euros en un solo día, lo que lo convierte en el mayor evento de compras online del mundo. Y durante el Amazon Prime Day, la firma consiguió vender más de 100 millones de productos, superando los 3.600 millones de euros de facturación.

Sin embargo, algunas de estas compañías todavía utilizan sistemas IT tradicionales centralizados para hacer frente a la congestión de datos en el internet público, lo que se traduce en tiempos de carga lentos para anuncios y páginas web. Los comercios que no evolucionen tendrán dificultades para atraer a los clientes si su experiencia se ve obstaculizada por la lentitud de la experiencia de compra.

La lentitud de la experiencia de compra hará que muchos comercios fracasen

Por esta razón, retailers e instituciones financieras y bancarias deben prepararse para ofrecer una experiencia de usuario perfecta en un entorno cada vez más saturado y peligroso. Para ello, las empresas de comercio digital pueden mejorar esta experiencia alojando sus datos lo más cerca posible de sus partners y proveedores para crear un ecosistema en el que las diferentes empresas puedan conectarse directamente entre sí.

Sin embargo, no todas las empresas pueden contar con una red internacional de data centers para asegurar esa cercanía y las compañías están apostando por alojar sus datos y desarrollar sus actividades en centros neutrales interconectados. Las plataformas de interconexión global, como la Equinix Platform, proporcionan una interconexión física y virtual directa y segura entre bancos, minoristas, consumidores y demás participantes en la cadena de suministro de pagos digitales. Su posición cercana al edge digital permite a los proveedores de servicios de pago conectarse con sus clientes desde cualquier lugar del mundo, ofreciéndoles pagos rápidos y seguros.

Las empresas de comercio digital deben empezar a prepararse ahora para la creciente demanda de pagos digitales y la aparición generalizada de la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos. A medida que se recopilan más datos sobre los hábitos de consumo, las empresas deben asegurarse de que tienen la capacidad de analizarlos para obtener información útil sobre cómo pueden optimizar los servicios ofertados. Con la cantidad de pagos digitales a punto de aumentar exponencialmente, prepararse para esta expansión por adelantado ahorrará tiempo y dinero en el futuro.

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